Mundell, precursor de la moneda única europea, Nobel de Economía

El Premio Nobel de Economía correspondiente a este año fue adjudicado ayer al profesor de origen canadiense Robert A. Mundell, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), "por su análisis de la política monetaria y fiscal en diferentes sistemas de tasas de cambio, así como por su análisis de las zonas monetarias óptimas". Sus trabajos, desarrollados durante los años sesenta, anticiparon las ventajas y los costes de una moneda europea común.

La Academia de Ciencias de Suecia sostiene en su fundamentación que Mundell ha colocado las bases de la teoría que domina las elecciones concret...

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El Premio Nobel de Economía correspondiente a este año fue adjudicado ayer al profesor de origen canadiense Robert A. Mundell, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), "por su análisis de la política monetaria y fiscal en diferentes sistemas de tasas de cambio, así como por su análisis de las zonas monetarias óptimas". Sus trabajos, desarrollados durante los años sesenta, anticiparon las ventajas y los costes de una moneda europea común.

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La Academia de Ciencias de Suecia sostiene en su fundamentación que Mundell ha colocado las bases de la teoría que domina las elecciones concretas de políticas monetarias y fiscales, en una economía abierta. Pese a que sus trabajos fueron realizados en los años sesenta, mantienen, según la academia, plena vigencia y constituyen una parte esencial de la enseñanza de la macroeconomía.Mundell ha reflexionado con gran agudeza, no desprovista de cierto sentido profético, sobre los problemas de la evolución futura de los mercados de capitales. Problemas como el impacto de la política monetaria y fiscal o la evaluación de los efectos de esa política según el valor de la moneda sea fijo o flote libremente, han sido objeto de sus análisis.

Sus contribuciones más importantes datan de la década de los sesenta, cuando integraba el movimiento innovador de los investigadores de la Universidad de Chicago. En varios artículos publicados en esos años y recogidos en su obra International Economics (1968), Mundell desarrolla su análisis de forma simple pero sus conclusiones son múltiples, sólidas y claras, sostiene la academia.

En uno de esos artículos, de 1963, Mundell introduce el comercio exterior y los movimientos de capitales en el modelo económico cerrado, que será desarrollado poco más tarde por John Hicks, laureado con el Premio de Economía en 1972. Dicho análisis le permite mostrar cómo los efectos de una política de estabilización dependen del grado de movilidad del capital internacional.

En particular, ha demostrado el papel esencial jugado por el sistema de tasas de cambio. En un sistema de tasas de cambio variable, la política monetaria constituye un instrumento eficaz, contrariamente a lo que ocurre en un sistema de tasas de cambio fijo.

Las tentativas de aplicar políticas nacionales independientes recurriendo a operaciones llamadas "de mercado abierto", no producen ningún resultado ya que ni las tasas de interés ni las de cambio pueden ser modificadas. Por el contrario, el aumento de los gastos públicos u otras medidas fiscales permiten aumentar la actividad económica y los ingresos, que no pueden ser frenados por una subida de las tasas de interés o por una tasa de cambio más fuerte.

Una tasa de cambio variable está determinada por las fuerzas del mercado, ya que el banco central se abstiene de intervenir sobre la moneda. En este caso, la política fiscal resulta ineficaz, según el análisis de Mundell. Con una política monetaria inalterada hay más elevados gastos públicos, mayor demanda de dinero y tendencia a intereses más altos.

Los movimientos de capitales se ingresan en el país reforzando la moneda al punto de que el débil excedente de la balanza comercial anula los efectos expansionistas del acrecentamiento de los gastos públicos. Por el contrario, según el mismo análisis, en un sistema de tasas de cambio variables, la política monetaria deviene en un instrumento eficaz.

Un aumento de la masa monetaria produce una bajada de las tasas de interés que atrae los capitales y debilita la moneda, lo que favorece la expansión económica y eleva el excedente de la balanza comercial. Si una tasa de cambio variable y una fuerte movilidad de capital son característicos del sistema monetario vigente en la mayoría de los países, el análisis de estos elementos, a comienzos de los años sesenta, era considerado como una curiosidad académica.

"Choques asimétricos"

Entonces, casi todos los países estaban ligados a una tasa de cambio fijo en el seno de los acuerdos llamados de Bretton-Woods. Igualmente, los movimientos de capitales estaban muy limitados, especialmente por los controles de cambio y de los movimientos de capitales.Más tarde, Marcus Fleming, que durante muchos años fue jefe del departamento de investigaciones del Fondo Monetario Internacional, realizó un análisis similar al de Mundell sobre los problemas de la estabilización monetaria constituyendo lo que se conoce como el modelo Mundell-Fleming.

El modelo original de Mundell ha mostrado limitaciones que investigadores posteriores han corregido y ajustado. En el artículo sobre las "zonas monetarias óptimas", de 1961, Mundell pasa revista rápidamente a las ventajas de una moneda común como base de costes de transacción y una reducción del margen de incertidumbre sobre los precios relativos, y describe también las desventajas.

Una de las más importantes de éstas es que si una región particular quiere mantener el empleo, debe reducir los salarios reales. Mundell señala la importancia de una elevada movilidad en el trabajo para paliar los llamados "choques asimétricos". Para él, una zona monetaria óptima es un conjunto de regiones con una propensión migratoria suficientemente grande como para asegurar el pleno empleo cuando una de las regiones debe hacer frente a los efectos de los "choques asimétricos".

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