Víctor Amar describe el cine en el Cádiz de la Guerra Civil
El empeño del investigador gaditano Víctor Amar de seguir el rastro de la historia de su ciudad a través del séptimo arte, llega a una nueva estación. El cine en Cádiz durante la Guerra Civil es el último libro de una serie que arrancó con el título Cien motivos para hablar de cine en Cádiz y continuó con El cine en Cádiz durante la Segunda República. El nuevo volumen fue presentado ayer en el marco de la XXXI Muestra Cinematográfica del Atlántico, en un acto desarrollado en el centro cultural El Palillero de la capital gaditana. El autor, cree aportar con esta obra, publicada por la Universi...
El empeño del investigador gaditano Víctor Amar de seguir el rastro de la historia de su ciudad a través del séptimo arte, llega a una nueva estación. El cine en Cádiz durante la Guerra Civil es el último libro de una serie que arrancó con el título Cien motivos para hablar de cine en Cádiz y continuó con El cine en Cádiz durante la Segunda República. El nuevo volumen fue presentado ayer en el marco de la XXXI Muestra Cinematográfica del Atlántico, en un acto desarrollado en el centro cultural El Palillero de la capital gaditana. El autor, cree aportar con esta obra, publicada por la Universidad de Cádiz, "una visión global de la forma de divertirse de los gaditanos, en unos años en los que había muchos recesos". "En el apéndice que remata el libro podemos comprobar que el público de la época era bombardeado con una gran producción de documentales nacionalistas, y largometrajes de ficción fundamentalmente alemanes e italianos, entre los que apenas había estrenos". La próxima entrega de la serie será, según Amar, El cine en Cádiz bajo el franquismo, que se completará con la dedicada a la época de la transición a la democracia. El periodista Juan José Téllez, quien tenía previsto conducir el acto de presentación, excusó su ausencia con una nota en la que aseguraba que "Amar aborda dicho análisis con rigor pero con un indudable compromiso, el de la causa de los vencidos, que no era otra que la legalidad de un régimen legalmente constituido". "En cualquier caso", añade Téllez, "la peor película de aquellos crueles momentos de la historia se estrenaba en las calles, en los calabozos y en las trincheras. Y no tuvo final feliz".