La Guardia Civil investiga la muerte de un águila imperial joven

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), de la Guardia Civil, investiga la muerte de un ejemplar joven de águila imperial que, supuestamente, falleció tras ingerir veneno. El águila imperial es un ejemplar protegido por las autoridades que escasea en España. En la Comunidad de Madrid existen, según el Grupo de Recuperación de la Fauna Autóctona (Grefa), sólo 25 parejas. En la península Ibérica, único lugar del planeta donde anidan, el número de parejas se eleva a 130.Según las primeras investigaciones, el animal era un ejemplar aún joven para procrear, pero ya emparejado con una h...

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El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), de la Guardia Civil, investiga la muerte de un ejemplar joven de águila imperial que, supuestamente, falleció tras ingerir veneno. El águila imperial es un ejemplar protegido por las autoridades que escasea en España. En la Comunidad de Madrid existen, según el Grupo de Recuperación de la Fauna Autóctona (Grefa), sólo 25 parejas. En la península Ibérica, único lugar del planeta donde anidan, el número de parejas se eleva a 130.Según las primeras investigaciones, el animal era un ejemplar aún joven para procrear, pero ya emparejado con una hembra. Los expertos, tras realizar una radiografía, rechazaron la hipótesis de un disparo mortal. Consideran que el veneno ingerido puede ser una "explosiva mezcla" de insecticidas, fungicidas y plaguicidas utilizada generalmente en cotos y en zonas agrícolas.

El águila comió conejo, según las investigaciones, y luego, ingirió el veneno. Posteriormente, se dirigió al río a fin de calmar la sed producida por la sustancia tóxica. Pero no llegó a la orilla y murió poco antes.

El dueño de la finca donde se encontró el cadáver del animal, situada al sur de la Comunidad de Madrid, fue el que, tras hallar al águila, llamó al Seprona que, en estos casos, actúa como una suerte de juez de guardia encargado de levantar el cadáver.

Los investigadores temen que el veneno sea ingerido por más ejemplares de águila imperial que pueblan la zona. "La situación es de alarma y ahora nuestra preocupación es encontrar el origen exacto de este veneno para que no se produzcan más muertes de águilas imperiales", señaló ayer Ernesto Álvarez, portavoz del Grefa.

El águila imperial es un ave que, cuando es joven, presenta un plumaje marrón. Cuando alcanza la madurez el color de sus plumas se torna negro con franjas blancas en los hombros. Las plumas de la cabeza suelen ser, casi siempre, doradas. Anidan generalmente en grandes árboles y se alimentan, sobre todo, de roedores y conejos, según los expertos del Grefa.

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