La "soberanísima" tendrá que decidir si se celebran finalmente las elecciones municipales de noviembre

Las instituciones venezolanas han dejado de tomar decisiones en vista de que la Asamblea Constituyente se declaró el martes poder supremo del Estado, y la resolución amenaza con paralizar de forma peligrosa el sistema político. La más grave, por sus repercusiones, fue la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE), encargado de organizar todos los comicios en el país, que el miércoles por la noche formó una comisión que se encargará de preguntar a la Asamblea y, de manera más bien formal, al Congreso (o a lo que queda de él) sobre si se sigue adelante con las elecciones municipales previstas...

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Las instituciones venezolanas han dejado de tomar decisiones en vista de que la Asamblea Constituyente se declaró el martes poder supremo del Estado, y la resolución amenaza con paralizar de forma peligrosa el sistema político. La más grave, por sus repercusiones, fue la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE), encargado de organizar todos los comicios en el país, que el miércoles por la noche formó una comisión que se encargará de preguntar a la Asamblea y, de manera más bien formal, al Congreso (o a lo que queda de él) sobre si se sigue adelante con las elecciones municipales previstas para noviembre o se suspenden de momento. "No hay en estos momentos en el país una claridad en torno a la voluntad política efectiva para realizar estas elecciones", declaró a la prensa el presidente del CNE, Andrés Caleca.Alentados por el clima de cambios tumultuosos que se vive en el país, los militantes más revolucionarios, o simplemente más ávidos de poder, de muchas organizaciones se rebelan contra sus cúpulas, y el miércoles le tocó el turno a la poderosa Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), organización que agrupa a unos 3.000 sindicatos, uno de los pilares del régimen en los últimos 40 años, y acusada de corrupción y de desangrar los presupuestos nacionales como el resto de instituciones.

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Una turba asaltó la sede de la CTV, exigió la renuncia de la directiva, subió al piso 17º, donde se ubica la presidencia, y golpeó a porteros, guardias de seguridad y a todo el que se encontraba allí.

El portavoz de los rebeldes exigió al presidente de la CTV, Federico Ramírez, que pusiese su cargo a la orden de la Constituyente, esto es, que dimita, la expresión más popular estos días en Venezuela. El jefe de los poderosos sindicatos se negó al sacrificio, anunció cambios en la organización después de 40 años de inmovilismo y desvergüenza en el manejo de las cuotas de los trabajadores afiliados, según los insurrectos, pero admitió que la convención que ha asumido el poder máximo del país puede tomar cartas en el asunto e intervenir la CTV. "Con la Constituyente puede pasar cualquier cosa", declaró Ramírez.

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