Un incierto futuro para "George"
George, la revista que fundó John Kennedy Jr. en 1995, se enfrenta a un futuro incierto. Los 400.000 que todavía compran la revista pueden quedarse sin ella si pierde el tirón de JFK Jr. y si la empresa editora decide retirarla del mercado cuando en diciembre venza el contrato de publicación. La revista, que arrancó con una campaña en la que Hachette Filipacchi, la compañía editora, invirtió 20 millones de dólares (3.200 millones de pesetas), cada vez tenía menos páginas: su volumen ha descendido un 30% en los últimos años por la pérdida de publicidad y de lectores.La revista nació con más es...
George, la revista que fundó John Kennedy Jr. en 1995, se enfrenta a un futuro incierto. Los 400.000 que todavía compran la revista pueden quedarse sin ella si pierde el tirón de JFK Jr. y si la empresa editora decide retirarla del mercado cuando en diciembre venza el contrato de publicación. La revista, que arrancó con una campaña en la que Hachette Filipacchi, la compañía editora, invirtió 20 millones de dólares (3.200 millones de pesetas), cada vez tenía menos páginas: su volumen ha descendido un 30% en los últimos años por la pérdida de publicidad y de lectores.La revista nació con más esperanza que éxito, pero esos dos elementos han ido desvaneciéndose.
Con George, JFK Jr. quiso hacer accesible la política convirtiéndola en un espectáculo mayor de lo que es. Con eso consiguió enemigos a ambos lados del abanico de lectores: es sesuda para unos, frívola para otros. Ni ha conseguido peso suficiente en los pasillos del Capitolio ni sus portadas sugerentes han logrado capturar al lector que perseguía. Ideológicamente, George se movía en la borrosa línea de la imparcialidad. John-John trató de sacudirse el estigma demócrata con la contratación del exsenador republicano Alfonse D"Amato; eso se contrarrestaba con la colaboración de Paul Begala, consejero de Clinton en la Casa Blanca. John-John escribía el editorial y hacia una entrevista semanal (rara vez política: Madonna, Mike Tysson), aunque los redactores aseguran que estaba enteramente implicado desde la primera hasta la última página.