Cartas al director

Los intelectuales y los adolescentes

He quedado sorprendido de que 50 intelectuales y escritores, nada más ni nada menos, salgan en defensa de la ampliación del horario de los bares de copas en Madrid. Estos intelectuales critican el reglamento del PP y manifiestan que, insonorizando los locales y evitando molestar a los vecinos, respetando su derecho al descanso, no hay motivo para limitar el horario. Como alternativa proponen abrir centros culturales de noche. Tratándose de escritores de la talla de Antonio Gala, José Luis Sampedro, Soledad Puértolas e Ian Gibson, me parece muy pobre su aportación a esta causa. O bien, muy pob...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

He quedado sorprendido de que 50 intelectuales y escritores, nada más ni nada menos, salgan en defensa de la ampliación del horario de los bares de copas en Madrid. Estos intelectuales critican el reglamento del PP y manifiestan que, insonorizando los locales y evitando molestar a los vecinos, respetando su derecho al descanso, no hay motivo para limitar el horario. Como alternativa proponen abrir centros culturales de noche. Tratándose de escritores de la talla de Antonio Gala, José Luis Sampedro, Soledad Puértolas e Ian Gibson, me parece muy pobre su aportación a esta causa. O bien, muy pobre la causa defendida por tan ilustres intelectuales.

Una vez más, también este colectivo se ha olvidado de los adolescentes que, por no tener otra alternativa, comienzan a salir los fines de semana y con 13 años se inician en el alcohol. Igual que no se respetan los horarios pactados, tampoco se respeta el servir bebidas alcohólicas a menores de edad. La Asociación de Bares de Copas de Madrid, al contemplar que un colectivo tan cualificado apoya su causa, ha formulado la siguiente declaración, que EL PAÍS transmite entre comillas: "Con su firma, estos intelectuales apoyan la necesidad de potenciar la noche madrileña en su dimensión cultural, lúdica, económica y creadora de empleo. Setecientas mil personas salen a divertirse el viernes y el sábado de noche. Es mejor prolongar el cierre para evitar el consumo en la calle y garantizar el derecho al descanso. Además, así se aleja a los jóvenes de un ocio negativo, evitando situaciones de violencia, brotes racistas y xenófobos". Si ésta es la interpretación que del sentir de los 50 intelectuales han hecho los empresarios de los bares, que Dios nos coja confesados. No puedo creer que estas primerísimas plumas hayan apoyado una causa tan alejada de su rango histórico y de su responsabilidad ante la sociedad. ¿Cómo es posible que no tengan una respuesta más contundente para exigir a los poderes públicos que den una respuesta a nuestra juventud, de día y de noche?

Al margen de la actividad de los bares, yo preguntaría a los doctos en estadísticas: ¿cuántos menores están incluidos en estos 700.000 madrileños que ocupan las noches los fines de semana? Señores intelectuales y escritores, analicen las estadísticas de los fracasos escolares de nuestros adolescentes, de los colegios donde el trabajo diario de los docentes supone actos heroicos. De las estadísticas de alcoholismo en nuestra juventud. Yo rogaría que al menos uno de los 50 intelectuales pudiera decirme que estoy equivocado y que merecía la pena luchar por esta causa. Y, sobre todo, si los dueños de los bares han interpretado bien su manifiesto. Al señor Gala le recordaría la serie de artículos publicados en el dominical de EL PAÍS, donde se dirigía a la juventud llamándoles herederos. Y al gran hispanista señor Gibson le diría que, después de haber defendido la democracia, la libertad y haber desenmascarado a la dictadura de la farsa sobre el crimen de Lorca, hay otras causas quizás más apremiantes. La literatura de nuestros días no se concibe sin la pluma de estos autores, pero el retraso en el cierre de los bares de copas los fines de semana sí puede concebirse sin su apoyo.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En