Nuevo procesamiento de Dumas por "abuso de bienes sociales"

El presidente del Tribunal Constitucional francés y antiguo ministro de Exteriores, Roland Dumas, ha vuelto a ser procesado por "encubrimiento en abuso de bienes sociales". Esta vez, su problema tiene que ver con unas estatuillas antiguas valoradas en 6,6 millones de pesetas que su generosa amiga Christine Deviers-Joncours le regaló con dinero extraído de una filial suiza del grupo petrolero Elf.

Aunque la cuantía del regalo no debe representar gran cosa para el hombre mejor calzado de Francia -Deviers-Joncours le compró unos zapatos de 275.000 pesetas-, las estatuillas acreditan la sos...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El presidente del Tribunal Constitucional francés y antiguo ministro de Exteriores, Roland Dumas, ha vuelto a ser procesado por "encubrimiento en abuso de bienes sociales". Esta vez, su problema tiene que ver con unas estatuillas antiguas valoradas en 6,6 millones de pesetas que su generosa amiga Christine Deviers-Joncours le regaló con dinero extraído de una filial suiza del grupo petrolero Elf.

Aunque la cuantía del regalo no debe representar gran cosa para el hombre mejor calzado de Francia -Deviers-Joncours le compró unos zapatos de 275.000 pesetas-, las estatuillas acreditan la sospecha de que Dumas intervino a favor de la venta de fragatas a Taiwan por encargo del grupo petrolero francés. Procesada en el mismo caso, Christine Deviers-Joncours se ha revuelto contra su antiguo amante. Decidida a no volver a la prisión, Deviers-Joncours ha encontrado en la literatura el terreno ideal que le permite hacer dinero y vengarse al tiempo de su ilustre ex amante, al que reprocha no haberle dirigido ni siquiera un mensaje de aliento durante los largos meses de encierro. El éxito de su primer libro, La puta de la República, en el que describía las relaciones amorosas con Dumas, le ha animado a firmar un segundo titulado Le pouvoir, le pognon et la bagatelle (El poder, la pasta y las minucias), que se presenta como una novela de ficción en la que "todo parecido con la realidad es pura confidencia".El "ministro de Defensa", figura capital de la obra, es presentado por Christine Deviers-Joncours como "un viejo guapo, egoísta, avaro y sin escrúpulos", un cínico que utiliza en la Asamblea a guisa de pañuelo las bragas de su amante, empleada de una empresa de armamento. Aunque el libro contiene muchas más anécdotas escabrosas, el detalle del pañuelo "rosa ajado" ya ha empezado a despertar la memoria de algunos diputados.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En