Cartas al director

Gato escaldado

El pasado 7 de abril presenté en el Ministerio de Educación y Cultura una petición firmada por mí y otros siete escritores. Solicitábamos al ministro que se estableciesen una serie de ventajas que aminoraran el coste económico que supone presentarse a los distintos certámenes literarios, pero ya en registro me advirtieron de que a don Mariano Rajoy no le gusta recibir peticiones y quejas. Efectivamente, mi gozo en un pozo, las peticiones fueron devueltas. Sistemáticamente, sin explicaciones, levantando un muro ingrato que imposibilita la comunicación con las instituciones administrativas. Com...

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El pasado 7 de abril presenté en el Ministerio de Educación y Cultura una petición firmada por mí y otros siete escritores. Solicitábamos al ministro que se estableciesen una serie de ventajas que aminoraran el coste económico que supone presentarse a los distintos certámenes literarios, pero ya en registro me advirtieron de que a don Mariano Rajoy no le gusta recibir peticiones y quejas. Efectivamente, mi gozo en un pozo, las peticiones fueron devueltas. Sistemáticamente, sin explicaciones, levantando un muro ingrato que imposibilita la comunicación con las instituciones administrativas. Como todo gato escaldado, ya no podré creerme que las autoridades políticas están para servirnos, a nosotros, el pueblo, hasta que me demuestren lo contrario. Y con estos principios así nos luce el pelo culturalmente a los españolitos que, alopécicos perdidos, seguimos coreando "¡oé, oé, oé, oé!".

Espero que esta carta no la lea nadie, ¡imagínense qué vergüenza si se supiese que al gabinete del señor ministro no le gusta recibir peticiones y quejas! ¡Válgame un santo de palo!-

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