Juzgada en EEUU una mujer que perdió a su bebé por carencias en su leche

Es un caso sin precedentes que deja en evidencia al sistema sanitario de EEUU: una mujer del Bronx neoyorquino se sienta en el banquillo acusada de homicidio por la muerte de su bebé. El pequeño falleció por malnutrición porque la madre insistió en alimentarle sólo con el pecho, como recomiendan insistentemente los médicos del país. Dos factores provocaron la tragedia: la mujer no supo apreciar la evidente pérdida de peso del niño, y el centro médico al que acudió se resistió a atender al bebé porque no estaba cubierto por el seguro.Tyler pesó 3,5 kilos al nacer, un 27 de junio. El día de su m...

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Es un caso sin precedentes que deja en evidencia al sistema sanitario de EEUU: una mujer del Bronx neoyorquino se sienta en el banquillo acusada de homicidio por la muerte de su bebé. El pequeño falleció por malnutrición porque la madre insistió en alimentarle sólo con el pecho, como recomiendan insistentemente los médicos del país. Dos factores provocaron la tragedia: la mujer no supo apreciar la evidente pérdida de peso del niño, y el centro médico al que acudió se resistió a atender al bebé porque no estaba cubierto por el seguro.Tyler pesó 3,5 kilos al nacer, un 27 de junio. El día de su muerte, justo dos meses después, apenas superaba los dos kilos. Su madre, Tabitha Walrond, se enfrenta a una posible condena de 15 años, acusada de homicidio por el padre de su bebé fallecido.

El caso es extremadamente inusual en muchos aspectos, incluido el médico: expertos en alimentación infantil aseguran que es muy improbable que un bebé muera como resultado de la falta de leche en el pecho de la madre. A lo sumo, la malnutrición ha obligado en algunos casos a la amputación de algunas extremidades de bebés por la formación de coágulos, o incluso se han provocado secuelas cerebrales.

También los antecedentes de la historia son truculentos. Cuando Walrond se quedó embarazada, su novio, Keenan Purcell, la abandonó porque se negó a abortar. Al sexto mes, Purcell le comunicó que tenía una nueva novia que también se había quedado embarazada, y fue entonces Walrond quien quiso abortar, lo que finalmente no ocurrió por el consejo de los médicos. Ahora es el novio, Purcell, el que ha presentado contra ella la demanda por homicidio.

Mercantilismo sanitario

Falta un elemento para comprender los hechos: el laberinto y el mercantilismo del sistema sanitario norteamericano, en el que cualquier gestión o cualquier visita a un médico implica horas de papeleo y una elevada factura.

Los abogados de la defensa aseguran que la mujer no supo apreciar la pérdida de peso del bebé porque estaba todo el día con él, y de esa forma, dicen, es más complicado apreciar cambios que en algunos casos sólo se comprueban en la báscula. También aseguran que trató de llevar al niño al médico en más de una ocasión, pero no lo consiguió porque las clínicas aseguraban que el bebé no estaba cubierto por su seguro. Aunque podría haber pagado la visita de su bolsillo, se trata de una familia con pocos medios frente a una burocracia entrenada para poner trabas.

Además, la defensa acusa a los médicos que la atendieron en el parto de no alertarla sobre los posibles peligros de la alimentación materna, especialmente en su caso: a los 15 años se había sometido a una operación de reducción de pecho, algo que puede limitar su producción de leche tras un parto.

El caso refleja también el miedo al sistema sanitario en un país con 40 millones de adultos y 10 millones de niños que no están cubiertos por ningún seguro médico.

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