Loa en tercera persona

En el libro de la Fundación Ciudad, Así cambiamos Madrid, dedicado a repasar los siete primeros años de gobierno popular en la capital, su autor, Enrique Villoria, no sólo ensalza su labor desde la Concejalía de Obras, sino que lo hace en tercera persona. Por ejemplo: "Otro fuerte encontronazo nació a propósito del mobiliario del Palacio : lo que quería el arquitecto costaba unos 1.400 millones de pesetas y Villoria, sin desdoro para la imagen ni la seguridad del proyecto logró rebajar el presupuesto a 450 millones".Otro aspecto llamativo del libro, prologado por el alcalde, es el tono ...

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En el libro de la Fundación Ciudad, Así cambiamos Madrid, dedicado a repasar los siete primeros años de gobierno popular en la capital, su autor, Enrique Villoria, no sólo ensalza su labor desde la Concejalía de Obras, sino que lo hace en tercera persona. Por ejemplo: "Otro fuerte encontronazo nació a propósito del mobiliario del Palacio : lo que quería el arquitecto costaba unos 1.400 millones de pesetas y Villoria, sin desdoro para la imagen ni la seguridad del proyecto logró rebajar el presupuesto a 450 millones".Otro aspecto llamativo del libro, prologado por el alcalde, es el tono de su crítica política: "AP había plantado cara con firmeza al Plan General porque tenía fundados motivos para sospechar que sus promotores querían utilizarlo de forma sesgada como instrumento hacia un modelo de sociedad socialista. En él se preveía cerrar Madrid, impidiendo cualquier crecimiento, lo que cuadraría en los países donde el Estado controla la población, pero no en España, cuya Constitución consagra la libertad de residencia y desplazamiento en su artículo 19".

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Este análisis del Plan General del gobierno municipal socialista culmina con esta reflexión: "El plan general convertía los derechos en obligaciones: el derecho de la persona a una vivienda digna poco menos que se tornaba en la obligación de vivir en pisos de protección oficial; el derecho a elegir el medio de transporte era sustituido por la obligación de utilizar el de carácter público, a pesar de que éste no reuniera las necesaria condiciones. El libro salta, cuando la ocasión lo requiere, del urbanismo a la psicología.

Un ejemplo es el perfil que traza del alcalde: "´Álvarez del Manzano es persona reflexiva y de profundas convicciones. Quienes no le conocen confunden su amabilidad, su racionalidad y más aún su prudencia, con una falta de carácter ajena a la realidad. Ciertamente, huye siempre de la improvisación y sólo se forma un criterio después de estudiar a fondo un asunto". Villoria, reconocía en la obra que se trataba de un "libro parcial".

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