Presión inflacionista LUIS ÁNGEL HIERRO

La evolución de los precios en febrero nos han devuelto a un panorama menos esperanzador. En este mes, la inflación interanual se ha situado en un 1,5% en Andalucía. Un dato que, con respecto a la media nacional sigue siendo bueno, dado que en todo el Estado la cifra se ha situado en el 1,8% y Andalucía sigue siendo de las comunidades menos inflacionistas. Y todavía lo es más en comparación con comunidades como el País Vasco, donde la inflación está totalmente descontrolada y ronda el 3%, o como Cataluña, la otra comunidad con mayor peso, que se sitúa 0,7% por encima. No obstante, ese buen d...

La evolución de los precios en febrero nos han devuelto a un panorama menos esperanzador. En este mes, la inflación interanual se ha situado en un 1,5% en Andalucía. Un dato que, con respecto a la media nacional sigue siendo bueno, dado que en todo el Estado la cifra se ha situado en el 1,8% y Andalucía sigue siendo de las comunidades menos inflacionistas. Y todavía lo es más en comparación con comunidades como el País Vasco, donde la inflación está totalmente descontrolada y ronda el 3%, o como Cataluña, la otra comunidad con mayor peso, que se sitúa 0,7% por encima. No obstante, ese buen dato pierde su virtualidad cuando lo comparamos con las cifras de los países centroeuropeos, algunos al borde de la deflación, ya que se produce una pérdida de competitividad que no se puede corregir con el tipo de cambio que, ahora con el euro, es fijo. Eso nos hace reducir la balanza comercial andaluza y, nos hace menos competitivos en el sector turístico. En el primer asunto debemos recordar que la balanza comercial andaluza depende en gran medida de los precios de los alimentos, tanto por nuestras importaciones como por las exportaciones, y estos mantienen una inflación interanual del 1,5%. Demasiado crecimiento con respecto a los precios europeos. Y en el segundo caso, hay que tener en cuenta que el apartado de "otros", donde se encuentran los servicios asociados a este sector, la tasa interanual no baja del 3%. Un crecimiento excesivo para mantenerse competitivos con otros destinos de la costa mediterránea europea.