Quince países y cinco puntos en litigio
La cumbre que se inicia hoy en Petersberg, cerca de Bonn, es la primera de tres reuniones que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea celebrarán bajo presidencia alemana durante el primer semestre de este año. Su propósito es reformar el modelo de financiación de la UE para el septenio 2000-2006, es decir, pactar la compleja Agenda 2000. En esos siete años, la Unión acogerá a nuevos miembros del este del continente. Éstos son los principales puntos que serán abordados en las difíciles negociaciones de estos días.Estabilización del gasto. Es el único punto de acuerdo, aun...
La cumbre que se inicia hoy en Petersberg, cerca de Bonn, es la primera de tres reuniones que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea celebrarán bajo presidencia alemana durante el primer semestre de este año. Su propósito es reformar el modelo de financiación de la UE para el septenio 2000-2006, es decir, pactar la compleja Agenda 2000. En esos siete años, la Unión acogerá a nuevos miembros del este del continente. Éstos son los principales puntos que serán abordados en las difíciles negociaciones de estos días.Estabilización del gasto. Es el único punto de acuerdo, aunque los países nórdicos son más exigentes que los meridionales, que temen resultar perjudicados.
Contribución alemana. Alemania, que contribuye con el 28% al presupuesto de la UE, quiere reducir su aportación. La idea se abre camino, pero sus socios están en desacuedo sobre quién deberá suplir el recorte del desembolso alemán.
Política agrícola común. Aunque ahora sólo representa algo menos del 50% del presupuesto, sigue siendo su principal partida. Para rebajar su aportación, Alemania quiere que las ayudas directas a los agricultores sean cofinanciadas por la Comisión Europea y los presupuestos nacionales de los Estados miembros. Francia, el principal beneficiario de esta política, se opone rotundamente a ello. París ha propuesto, sin embargo, la "degresividad" (reduccion paulatina) de esas ayudas, lo que también supondría un recorte, pero menor.
Cheque británico. Margaret Thatcher argumentó con éxito en 1984 que la contribución británica era excesiva porque en el Reino Unido el peso de la agricultura era escaso. Obtuvo entonces que cada año le fuesen devueltos 2.800 millones de euros, equivalentes a los dos tercios de la aportación neta británica. Los socios de Londres quieren acabar con ese descuento.
Fondos. Es el asunto que más preocupa a España. Alemania capitanea a quines pretenden que no rebasen los 193.000 millones de euros en el próximo septenio, mientras que los cuatro países de la cohesión luchan por que alcancen los 240.000 millones.