Un obrero muere sepultado por una avalancha de tierra en Moncloa

Miguel Ángel Castro Segura, obrero de 28 años, murió ayer al mediodía sepultado por un alud de tierra en una obra de la calle de Los Vascos (Moncloa). La avalancha se produjo por una mala sujeción del muro de contención de la obra, que incumplía varias medidas de seguridad, según técnicos de la Comunidad de Madrid. La empresa, Dangar, mantiene que el tajo era muy seguro. En lo que va de año han muerto cuatro personas en la construcción, según CCOO y UGT.

El accidente ocurrió al mediodía en la obra situada a la altura del número 15 de la calle de Los Vascos. Hasta ayer no se había coloca...

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Miguel Ángel Castro Segura, obrero de 28 años, murió ayer al mediodía sepultado por un alud de tierra en una obra de la calle de Los Vascos (Moncloa). La avalancha se produjo por una mala sujeción del muro de contención de la obra, que incumplía varias medidas de seguridad, según técnicos de la Comunidad de Madrid. La empresa, Dangar, mantiene que el tajo era muy seguro. En lo que va de año han muerto cuatro personas en la construcción, según CCOO y UGT.

El accidente ocurrió al mediodía en la obra situada a la altura del número 15 de la calle de Los Vascos. Hasta ayer no se había colocado un ladrillo y los obreros trabajan en el subsuelo, una planta por debajo de la acera. Muy cerca del muro de contención de la calle se hallaban la víctima mortal y su hermano preparando la cimentación del futuro bloque.Una avalancha de tierra cubrió a Miguel Ángel cuando se encontraba junto a la pared. Su cuerpo quedó sepultado por más de un metro y medio de arena. Su hermano pudo esquivar el alud.

Los obreros y varias personas trataron sin éxito de rescatar a Miguel Ángel durante más de diez minutos. Éste ya no respiraba en el momento en el que fue liberado de la tierra, según el Samur 092. El cadáver fue desenterrado por los bomberos, que posteriormente desplazaron varios vehículos a la obra para trabajar en el desescombro de la zona afectada por el derrumbe.

Varios vecinos señalaron que la obra estaba mal apuntalada: "Eso era una trampa para los chicos", se atrevió a decir el portero de una finca que llevaba varios días asustado por las "peligrosas condiciones" de la obra. A las tres de la tarde acudieron a la obra varios inspectores de la Consejería de Economía. Según fuentes de la Comunidad de Madrid, a simple vista la obra debería de haber estado protegida para que no se derrumbase el terreno. "Lo normal es que hubiese tenido unas pantallas de protección o zona de entubación", añadieron fuentes de la Comunidad de Madrid.

Los propietarios de la empresa constructora se negaron a realizar declaraciones. Una persona que se identificó como abogado de la firma se limitó a subrayar de forma fugaz: "Todo estaba en orden y se cumplían todas las medidas de seguridad".

La Comunidad de Madrid puede imponer sanciones de entre cinco y cien millones de pesetas por falta de medidas de seguridad en el tajo. Miguel Angel vivía en Carabanchel y pertenecía a una empresa contratada por la empresa encargada de la obra. "Era un chico muy trabajador que llevaba unos dos años trabajando con nosotros", dijo uno de sus compañeros.

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