España ha gastado el 80% del dinero comprometido en el fondo de cohesión

El Gobierno argumenta que tiene hasta el año 2001 para ejecutar el 20% restante

La acusación de que España no ejecuta los proyectos de inversión a los que se compromete por el fondo de cohesión es falsa, según el Gobierno. Con los datos de Hacienda, a 31 de diciembre de 1998 el porcentaje de ejecución de los proyectos comprometidos para el periodo 1993-1998 "supera el 80%". El plazo para ejecutar el gasto total comprometido por el fondo de cohesión concluye en el 2001, porque se trata de proyectos plurianuales. Esa velocidad de ejecución tuvo un bache en 1997, según el PSOE, por el cambio de Gobierno, que no terminará de remontar hasta este año.

El fondo de cohesió...

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La acusación de que España no ejecuta los proyectos de inversión a los que se compromete por el fondo de cohesión es falsa, según el Gobierno. Con los datos de Hacienda, a 31 de diciembre de 1998 el porcentaje de ejecución de los proyectos comprometidos para el periodo 1993-1998 "supera el 80%". El plazo para ejecutar el gasto total comprometido por el fondo de cohesión concluye en el 2001, porque se trata de proyectos plurianuales. Esa velocidad de ejecución tuvo un bache en 1997, según el PSOE, por el cambio de Gobierno, que no terminará de remontar hasta este año.

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El fondo de cohesión nació en la cumbre de Edimburgo, a finales de 1992, para ayudar al esfuerzo de convergencia de los países recién llegados a la Unión Europea que no alcanzaban el 90% de la renta media comunitaria. Ese fondo ha supuesto una dotación de 15.150 millones de euros (de ecus, en su momento) para los cuatro países de la cohesión: España, Portugal, Grecia e Irlanda. Es un fondo destinado, por mitades, a inversiones en infraestructuras y medio ambiente que permite financiar entre el 80% y el 85% de los proyectos. El resto debe aportarlo el país beneficiario. Pedro Solbes, diputado socialista y último ministro de Economía de los gobiernos del PSOE, recuerda que el fondo de cohesión surgió en la negociación del segundo paquete Delors (el presupuesto comunitario de 1993 a 1999) como solución para dar más fondos estructurales, pero sólo a los países menos ricos que se comprometieran a cumplir un plan de ajuste o convergencia. Y ahora se negocia el futuro de ese fondo. La propuesta de la Comisión Europea para la Agenda 2000 -el proyecto de presupuesto comunitario para los años 2000-2006- recoge una aportación de 3.000 millones de euros anuales para los cuatro países de la cohesión, con el mismo reparto del ya casi agotado Paquete Delors II (entre el 52% y el 58% para España, entre el 16% y el 20% para Grecia y Portugal y entre el 7% y el 10% para Irlanda).

Alemania planta cara

Alemania ha plantado cara, y el presidente del Gobierno, José María Aznar, responde que estaría encantado de no recibir el fondo por haber alcanzado ya ese 90% de renta media comunitaria. Ahora esa renta media española (medida como PNB per cápita en paridad de poder adquisitivo) es del 79%, unos 2,3 millones de pesetas. Si se midiera en PIB per cápita, Irlanda superaría el techo del 90%, pero los otros tres países de la cohesión están aún lejos de ese objetivo. Otra crítica es si el dinero de la cohesión se gasta y si se gasta bien. El secretario de Estado de Presupuestos, José Folgado, mantiene que, "a 31 de diciembre de 1998, el porcentaje de ejecución de los gastos comprometidos supera el 80%". Cada año, además, los países de la cohesión intentan comprometer proyectos de inversión en infraestructuras y medio ambiente por el 100% o más.

Ese entusiasmo por comprometer gastos de inversión obedece a que existe una horquilla de cuatro puntos para cada país, y si uno no llega el otro puede intentar apurar su techo de gasto. Según los datos del Gobierno, desde 1993 España se ha comprometido a gastar alrededor del 55% del paquete destinado a la cohesión, cuando le corresponde entre el 52% y el 58%. Este año, según el Gobierno, en sólo mes y medio ya se han comprometido 829 millones de euros (138.000 millones de pesetas) y están presentados ante la Dirección General XVI de la Comisión Europea "proyectos suficientes para agotar completamente las consignaciones presupuestarias del fondo de cohesión previstas para España en 1999".

Algo parecido ocurrió en 1996, antes del cambio de Gobierno. El Ejecutivo saliente, según se reconoce en el documento Relaciones financieras entre España y las Comunidades Europeas, de 1998, presentó los proyectos a financiar por el fondo de cohesión en el primer trimestre, "lo que permitió, por primera vez, cobrar los primeros anticipos en el propio año 1996, cantidades que normalmente se hubieran ingresado en el año siguiente".

Esta celeridad -unida, según el PSOE, a que el Gobierno tardó algunos meses en poner en marcha nuevos proyectos de inversión- explica que las transferencias recibidadas finalmente de la Unión Europea por el fondo de cohesión cayeran de 210.508 millones de pesetas en 1996 a sólo 120.239 millones el año siguiente. Para éste, los Presupuestos de 1999 prevén unos ingresos de 181.619 millones de pesetas.

En total, y según los Presupuestos, entre 1993 y 1999 España recibirá transferencias de la Unión Europea por importe de 942.000 millones de pesetas, cuando el total que tiene previsto ingresar por fondo de cohesión es de 1.457.475 millones de pesetas.

La diferencia se explica por dos motivos: los 1,4 billones de pesetas es lo que está comprometido, es decir, por lo que tiene obras licitadas; después hay dos años más para ejecutarlo, es decir, certificar esas obras, y Bruselas puede luego aplazar el pago por el plazo que duren las obras.

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