Borrell ofrecerá el apoyo del PSOE a Aznar para frenar al nacionalismo vasco

El líder electoral del PSOE, José Borrell, ofrecerá mañana al presidente del Gobierno, José María Aznar, en su primera entrevista en La Moncloa, la colaboración de los socialistas para contener la deriva de los nacionalistas vascos y aplicar una política penitenciaria que ayude al cese definitivo de la violencia de ETA sin que el Estado tenga que pagar un precio político por ello. Borrell planteará la conveniencia de unir esfuerzos para defender los Fondos europeos de Cohesión.

Cuando José Borrell suba las escaleras del palacio de La Moncloa a las cinco de la tarde de mañana, estará acu...

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El líder electoral del PSOE, José Borrell, ofrecerá mañana al presidente del Gobierno, José María Aznar, en su primera entrevista en La Moncloa, la colaboración de los socialistas para contener la deriva de los nacionalistas vascos y aplicar una política penitenciaria que ayude al cese definitivo de la violencia de ETA sin que el Estado tenga que pagar un precio político por ello. Borrell planteará la conveniencia de unir esfuerzos para defender los Fondos europeos de Cohesión.

Cuando José Borrell suba las escaleras del palacio de La Moncloa a las cinco de la tarde de mañana, estará acudiendo por primera vez desde hace nueve meses, cuando fue elegido candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, a una reunión con el jefe del Ejecutivo. Se trata de dos políticos que no han tenido trato personal, que nunca han mantenido una conversación política y que incluso se han batido pocas veces en el Parlamento. La reunión tiene, pues, el carácter de una toma de contacto, de exposición de puntos de vista, con escasas expectativas de derivar en acuerdos concretos. Después de haber pugnado durante meses por convertirse en el representante del PSOE en las relaciones con el Gobierno y "con todo el que pinta algo en este país", Borrell quiso retrasar todo lo posible la solicitud de una entrevista con Aznar para mostrar que no concedía una importancia trascendental a esa cita. En alguna reunión con Felipe González le había oído advertir de que en el partido no debían preocuparse por quién va a La Moncloa sino "por quién se libra".

El representante del PSOE, designado de esa manera por el máximo órgano del partido el pasado diciembre, creyó el pasado 12 de enero que la situación política del País Vasco resultaba ya muy preocupante y pidió una entrevista con Aznar. Unos días antes le había enviado el documento que la dirección del PSOE acababa de aprobar sobre los criterios para conseguir el cese de la violencia terrorista, y La Moncloa le había contestado con un acuse de recibo. Desde entonces, han intervenido para preparar el encuentro Carlos Aragonés y Javier Zarzalejos, jefe del gabinete del presidente y secretario general de la Presidencia, respectivamente, y Luis Yáñez, jefe del gabinete técnico de Borrell, y Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario de Comunicación de la Ejecutiva Federal del PSOE.

La tesis que Borrell llevará al jefe del Ejecutivo es que el Gobierno debe ser quien conduzca el proceso para acabar con la violencia terrorista, pero en modo alguno la responsabilidad de la política penitenciaria o de una negociación con ETA puede ser cosa de un único partido político. Desde ese planteamiento inicial de colaboración, el líder electoral del PSOE advertirá al jefe del Gabinete de que el consenso no consiste en confirmar por teléfono a los dirigentes socialistas, para obtener su adhesión, decisiones de las que éstos ya se han enterado por los medios de comunicación. El consenso, precisan los socialistas, consiste en establecer acuerdos.

Décima reunión

La entrevista de mañana entre Borrell y Aznar será la décima que este último mantiene con un representante del principal partido de la oposición, desde su investidura como presidente del Gobierno en mayo de 1996. Desde entonces, Aznar se ha visto en tres ocasiones con Felipe González y en seis con el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia. Borrell ofrecerá también a Aznar ayuda para mantener los Fondos de Cohesión que España recibe de la Unión Europea y que Alemania, en la presidencia de la UE en este semestre, quiere rebajar. El candidato socialista cree que el Gobierno español tiene una estrategia negociadora equivocada y, después de entrevistarse el lunes en Bonn con el canciller Gerhard Schröder y el ministro de Exteriores, Joschka Fischer, sabe que la actitud alemana es muy dura.

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