El arzobispo de Pamplona aboga por "aliviar" la situación de los presos

El arzobispo de Pamplona y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Fernando Sebastián, considera "indispensable y urgente" que nacionalistas y no nacionalistas se sienten a una mesa y elaboren un proyecto de convivencia política aceptable para todos. En una pastoral difundida ayer y titulada Hagamos la paz entre todos y para todos, Sebastián indica: "Vivimos una paz provisional, precaria, condicionada por la amenaza del retorno de la violencia", pero "posible" para cuyo logro es "indispensable" que quienes han utilizado y justificado la violencia como método de acción política "renu...

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El arzobispo de Pamplona y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Fernando Sebastián, considera "indispensable y urgente" que nacionalistas y no nacionalistas se sienten a una mesa y elaboren un proyecto de convivencia política aceptable para todos. En una pastoral difundida ayer y titulada Hagamos la paz entre todos y para todos, Sebastián indica: "Vivimos una paz provisional, precaria, condicionada por la amenaza del retorno de la violencia", pero "posible" para cuyo logro es "indispensable" que quienes han utilizado y justificado la violencia como método de acción política "renuncien a ella de forma pública y definitiva". El prelado añade que todas las demás peticiones, "por legítimas que puedan parecer, estarán condicionadas por la amenaza latente de las armas". Sebastián advierte contra el "error" de pensar que sólo los presos "son los que sufren las consecuencias de los conflictos" y estima que será preciso que alguna vez "los causantes de tantos sufrimientos expresen" su arrepentimiento y "pidan perdón" a las víctimas. En su larga pastoral, el prelado aboga por "aliviar la situación de los presos y exiliados de ETA" y señala que llegará un momento en el que habrá que abordar las reivindicaciones nacionalistas ya que mientras esta cuestión "no se resuelva de manera justa y razonable, comprendida y aceptada por todos, siempre quedarán latentes las causas profundas del terrorismo". "No se puede olvidar", subraya, "que el terrorismo nace en gran parte de la frustración del nacionalismo, vivida subjetivamente como injusticia".

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