Alerta en la frontera
El primer ministro albanés, Pandeli Majko, realizó el viernes una visita sorpresa a Kükes para inspeccionar a las tropas estacionadas en la frontera con Kosovo y exhortarlas a "estar en disposición permanente de defender el territorio soberano". Majko, que iba acompañado del ministro de Defensa, Luan Hajdaraga, y de la embajadora norteamericana, Marisa Lino, anunció medidas especiales para garantizar la seguridad de la frontera. Los incidentes en esta frontera han sido frecuentes, pero, hasta ahora, de bajo nivel. En varias ocasiones las tropas serbias han disparado a objetivos en territorio a...
El primer ministro albanés, Pandeli Majko, realizó el viernes una visita sorpresa a Kükes para inspeccionar a las tropas estacionadas en la frontera con Kosovo y exhortarlas a "estar en disposición permanente de defender el territorio soberano". Majko, que iba acompañado del ministro de Defensa, Luan Hajdaraga, y de la embajadora norteamericana, Marisa Lino, anunció medidas especiales para garantizar la seguridad de la frontera. Los incidentes en esta frontera han sido frecuentes, pero, hasta ahora, de bajo nivel. En varias ocasiones las tropas serbias han disparado a objetivos en territorio albanés y perseguido a guerrilleros del ELK más allá de la frontera. Dada la intensificación del conflicto armado en Kosovo, todo indica que Majko, con apoyo explícito norteamericano, ha querido advertir a Belgrado de que se abstenga de cualquier tentación de llevar los combates a la frontera.Aunque el Gobierno de Tirana tiene ciertas esperanzas de que la nueva iniciativa del Grupo de Contacto fructifique, también considera el riesgo de que Milosevic pueda intentar cualquier huida hacia adelante. De ser atacado por la OTAN, nadie excluye que busque salidas en ampliar el conflicto.
En ese sentido, y según fuentes militares de Kükes, el Ejército albanés ha elevado su nivel de alerta. Mientras, es llamativa la presencia en la región de "especialistas" occidentales, es de suponer que en la organización del apoyo logístico a una intervención contra las tropas serbias estacionadas en la región. "Resulta que Enver Hoxha nos dejó algo bueno, después de todo", sentencia un joven, en referencia a los miles de búnkeres que en los valles y en las rocas horadadas de las montañas de aquella región hizo construir en los años sesenta y setenta el dictador estalinista.