Duisenberg pide al Banco de España que envíe más técnicos al BCE

España, Francia y Portugal están escasamente presentes en el organigrama del Banco Central Europeo (BCE). "He alertado a sus gobernadores de que evidentemente están infrarrepresentadas", declaró ayer el presidente del BCE, el holandés Wim Duisenberg, quien mostró así su voluntad de corregir la situación. España ocupa aproximadamente la mitad de los puestos que le corresponderían por su participación en el capital y está ausente de los departamentos directivos decisivos.

Duisenberg reconoció el desequilibrio existente en el BCE (véase EL PAÍS del 27 de diciembre de 1998) ante un grupo de...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

España, Francia y Portugal están escasamente presentes en el organigrama del Banco Central Europeo (BCE). "He alertado a sus gobernadores de que evidentemente están infrarrepresentadas", declaró ayer el presidente del BCE, el holandés Wim Duisenberg, quien mostró así su voluntad de corregir la situación. España ocupa aproximadamente la mitad de los puestos que le corresponderían por su participación en el capital y está ausente de los departamentos directivos decisivos.

Más información

Duisenberg reconoció el desequilibrio existente en el BCE (véase EL PAÍS del 27 de diciembre de 1998) ante un grupo de periodistas. De los 570 funcionarios del banco europeo, sólo 27 son españoles, cuando debiera aspirar a unos 50, en proporción a su cuota en el capital, que es del 8,83%. Pero atribuyó la responsabilidad a los bancos centrales español, francés y portugués, afirmando que el problema "no es culpa nuestra". En algunos casos, como Portugal, Duisenberg especificó que el asunto se complica por el desconocimiento general del idioma alemán, innecesario para el trabajo en la sede del BCE, pero muy conveniente para vivir en Francfort. Curiosamente, tratándose de un organismo comunitario, en el BCE sólo se usa una de las dos lenguas comunitarias, el inglés, con exclusión casi absoluta del francés.Aunque el presidente recordó que el BCE no opera con un sistema estricto de cuotas por tratarse de un organismo supranacional, reconoció que conviene una presencia equilibrada tanto de profesionales procedentes de países integrados al euro como de otros todavía excluidos, de forma que se acerque a la cuota de cada uno en el capital social. "Para algunos, como Alemania y Holanda, la presencia es muy equilibrada; otros, como Irlanda, Suecia o Finlandia, exhiben una sobrerrepresentación, que viene desde la época del Instituto Monetario; finalmente, los países más sureños están infrarrepresentados", retrató el presidente del BCE.

En consecuencia, Duisenberg ha pedido a Luis Ángel Rojo y a sus otros colegas mediterráneos "su cooperación para rectificar esta situación", lo que ya "ha tenido algún efecto", explicó. Y llamó la atención sobre el hecho de que está abierta una convocatoria de 150 puestos para este ejercicio, ocasión de oro para rectificar los entuertos. "Esperamos tener solicitudes de todos los países", sean procedentes de los bancos centrales nacionales o directamente del mercado, estimuló.

La infrarrepresentación española en el BCE ha sido el resultado de la mala coordinación entre el Ministerio de Economía y el Banco de España. Además, el miembro español del consejo ejecutivo o directorio -elegido por el secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro, en detrimento del candidato del banco emisor-, Eugenio Domingo Solans, tardó varios meses en aterrizar en los vericuetos ejecutivos y organizativos de un banco central, experiencia de la que prácticamente carecía, en comparación con otros de sus nuevos colegas.

Es tarde y hay lagunas difícilmente rellenables -como la ausencia de españoles en puestos directivos de los decisivos departamentos de Operaciones o Investigación-, pero aún hay oportunidad para remediar el escaso número global de funcionarios españoles, algo esencial en una institución de este tipo, en el que la información circula de forma transversal y no sólo por la vía jerárquica establecida.

Archivado En