Medio Ambiente acepta un aeródromo-urbanización de 41 hectáreas en la planicie del Alt Empordà

El Ministerio de Medio Ambiente, basándose en un estudio de impacto ambiental, ha declarado viable el complejo Peralada-Empordà, que incluye un aeródromo y una urbanización anexa y que ocupará un total de 41 hectáreas de los términos municipales de Garriguella, Mollet de Perelada y Rabós, en la planicie del Alt Empordà. La entidad ecologista Iaeden, que ha visto rechazadas sus alegaciones al proyecto, critican la escalada urbanística de la zona y asegura que el aeródromo es un ejemplo de que las Administraciones confunden el turismo de calidad con el de élite. El promotor del proyecto, Joaquim...

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El Ministerio de Medio Ambiente, basándose en un estudio de impacto ambiental, ha declarado viable el complejo Peralada-Empordà, que incluye un aeródromo y una urbanización anexa y que ocupará un total de 41 hectáreas de los términos municipales de Garriguella, Mollet de Perelada y Rabós, en la planicie del Alt Empordà. La entidad ecologista Iaeden, que ha visto rechazadas sus alegaciones al proyecto, critican la escalada urbanística de la zona y asegura que el aeródromo es un ejemplo de que las Administraciones confunden el turismo de calidad con el de élite. El promotor del proyecto, Joaquim Densalat, dice que una infraestructura de este tipo significa "abrir la puerta del cielo del Empordà".

Según el impulsor de la iniciativa, el piloto Joaquim Densalat, entre los inversores interesados en el proyecto Perelada-Airport se encuentra una compañía de productos informáticos asociada con Bill Gates. La posible participación de este grupo en el proyecto hace afirmar a Densalat que "detrás del aeródromo hay garantías y dinero inteligente". El proyecto global prevé destinar 25 hectáreas a usos aeronáuticos, mientras que en las 16 restantes se construirá una urbanización anexa. El aeródromo dispondrá de una pista de entre 1.100 y 1.500 metros de longitud, orientada en dirección norte-sur, con una anchura de 25 metros. En la zona suroeste se proyectan seis hangares de 400 metros cuadrados y en la sureste una pista de rodadura que conduce a la plataforma de estacionamiento, donde se alzará la torre de control. No se prevé iluminación, puesto que la pista no podrá utilizarse por la noche. El espacio dedicado a usos residenciales se dividirá en 45 parcelas de 2.500 metros cuadrados, aunque la edificabilidad total de esta área se ha limitado a 25.000 metros cuadrados. Habrá carriles de conexión para conducir los aviones hasta los garajes particulares de cada residencia. El proyecto no permitirá levantar más de una altura y las viviendas deberán responder al estilo autóctono del Empordà. El estudio de impacto ambiental que justifica la ubicación alega que el terreno es llano, alejado de núcleos urbanos, sin líneas de alta tensión y a gran distancia del parque natural de los Aiguamolls del Empordà. El documento del Ministerio de Medio Ambiente también entiende que la incidencia sobre la comunidad arbórea del Macizo de l"Albera, a 2,5 kilómetros, será ínfima. Los depósitos de combustible y las canalizaciones de agua y luz se soterrarán. Estas últimas se conectarán a la red municipal de Garriguella. El estudio no prevé medidas correctoras acústicas, puesto que su impacto se considera compatible. La Dirección General de Evaluación Ambiental, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, ha dado así su visto bueno, aunque establece condiciones de seguimiento y vigilancia a lo largo de la construcción y posterior uso de las instalaciones. Apoyo municipal Los alcaldes de los tres municipios apoyan decididamente el proyecto y no pondrán impedimentos a la recalificación del suelo rústico en urbanizable . Ernest Navarra, alcalde de Rabós, con 183 habitantes, asegura que el aeródromo dará trabajo a la gente y servirá para aumentar los escasos ingresos municipales. El edil de Mollet de Perelada (148 habitantes), Claudi Puig, es partidario de dar facilidades y no de poner impedimentos. La oposición viene de la Institución Altempordanesa de Defensa de la Natura (Iaeden). Su portavoz Antoni Llobet enmarca el proyecto en la escalada urbanizadora y especulativa que sufre la comarca, y lamenta la poca solidez del régimen jurídico del suelo, que permite cambiar sin demasiados problemas terrenos rústicos por urbanizables. Llobet defiende los valores paisajísticos de la planicie ampurdanesa y los usos agrícolas de la zona, y teme que, de seguir así, se vaya asfixiando los tres parques naturales de la comarca -Albera, Cap de Creus y Aiguamolls- hasta convertirlos en "islas de naturaleza".

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