La 'enmienda loca' de los monovolúmenes

Comprarse un turismo monovulumen es unas 400.000 pesetas más caro a partir del 1 de enero de 1999. El nuevo impuesto del 12% sobre el precio final (entre 3,5 y 4, 5 millones) supone, a juicio de los fabricantes, un serio revés a un mercado que en 1998 ha logrado vender unas 20.000 unidades en el mejor ejercicio de su historia. El nacimiento y la tramitación parlamentaria de este impuesto ha rozado la esquizofrenia y puesto en evidencia las contradicciones en las que a veces cae el juego político de los partidos. La paternidad del gravamen la tiene el grupo de IU, que lo propuso como enmienda e...

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Comprarse un turismo monovulumen es unas 400.000 pesetas más caro a partir del 1 de enero de 1999. El nuevo impuesto del 12% sobre el precio final (entre 3,5 y 4, 5 millones) supone, a juicio de los fabricantes, un serio revés a un mercado que en 1998 ha logrado vender unas 20.000 unidades en el mejor ejercicio de su historia. El nacimiento y la tramitación parlamentaria de este impuesto ha rozado la esquizofrenia y puesto en evidencia las contradicciones en las que a veces cae el juego político de los partidos. La paternidad del gravamen la tiene el grupo de IU, que lo propuso como enmienda en el Congreso dentro de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos del Estado para 1999.

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En el Congreso, el PSOE apoyó la enmienda de IU, mientras que el PP votó en contra de la implantación del impuesto. Por su parte, CiU, socio del Gobierno, votó a favor de la enmienda para que se creara el impuesto, en contradicción con su programa electoral. Este grupo, poco después de votar explicó a los fabricantes que se había equivocado y prometió que en el trámite del Senado arreglaría su entuerto porque consideraba que era una forma de entorpecer la creciente fabricación en España.

Cambios de opinión

En el Senado, el grupo catalán propuso una enmienda para dejar las cosas como estaban, es decir, sin gravar a los vehículos monovolúmenes. Pero resulta que en esta Cámara el PP, con mayoría, cambió de opinión y votó en contra de esta enmienda de su socio CiU. Resultado: salió adelante el impuesto junto con el apoyo de IU, que sigue en sus trece de implantar el impuesto.

Para completar el círculo de despropósitos, el PSOE, que en el Congreso había apoyado la implantación del impuesto a estos coches considerados de lujo, retira su apoyo a IU en el Senado y defiende que lo mejor es no aplicar este gravamen. De vuelta al Congreso se vota de forma global toda la Ley de Acompañamiento, que incluye el impuesto, tras su paso por el Senado.

Los fabricantes de vehículos, a través de la patronal Anfac, ha protestado ante el Gobierno esta nueva imposición de los vehículos turismo monovolumen de más de 1,80 metros de altura y de menos de nueve plazas de ocupantes.

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