Reportaje:

La lluvia y las averías en Telefónica causan el caos y grandes atascos en el tráfico

Ayer cayeron sobre Barcelona unos 47 litros de lluvia por metro cuadrado. Los efectos sobre la ciudad, sin embargo, fueron enormes, a lo que contribuyó no poco una avería de Telefónica que dejó sin línea a servicios esenciales en un aguacero. Los teléfonos habituales de bomberos, ambulancias, Guardia Urbana y policía dejaron de funcionar durante hora y media. Hubo retrasos en el aeropuerto y en Cercanías, el puerto permaneció cerrado cuatro horas, se fue la luz, más de una veintena de semáforos dejaron de funcionar y se colapsaron las principales vías de tráfico.

La lluvia cayó sin apen...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ayer cayeron sobre Barcelona unos 47 litros de lluvia por metro cuadrado. Los efectos sobre la ciudad, sin embargo, fueron enormes, a lo que contribuyó no poco una avería de Telefónica que dejó sin línea a servicios esenciales en un aguacero. Los teléfonos habituales de bomberos, ambulancias, Guardia Urbana y policía dejaron de funcionar durante hora y media. Hubo retrasos en el aeropuerto y en Cercanías, el puerto permaneció cerrado cuatro horas, se fue la luz, más de una veintena de semáforos dejaron de funcionar y se colapsaron las principales vías de tráfico.

Más información

La lluvia cayó sin apenas interrupción durante más de 12 horas y en algunos puntos de la ciudad y en sus alrededores se registraron hasta 100 litros por metro cuadrado y vientos racheados que alcanzaron los 110 kilómetros por hora. La conjunción de estos dos elementos con la avería de Telefónica resultó fatal, aunque no funesta. Todos los inconvenientes fueron menores, pero hubo tantos que parecía que la ciudad estuviera colapsada, efecto multiplicado por la tendencia de los conductores a utilizar el vehículo privado en días como el de ayer. Sobre las diez de la mañana, los partes de la Guardia Urbana barcelonesa que transmitían las radios eran contundentes: todo está lleno. El colapso empezó a remitir hacia la una de la tarde. La lluvia causó los primeros daños a las 3.27 horas. En ese momento, los bomberos tuvieron que intervenir porque en la zona del puerto se había producido un inmenso charco que dificultaba la circulación. Entre esa horas y las 3.53, y siempre en la misma área de la ciudad, los charcos peligrosos se reprodujeron en cinco ocasiones, lo que requirió la intervención de los bomberos. La lluvia siguió y a las cinco de la mañana empezó a soplar con fuerza el viento de Levante, que alcanzó rachas de 90 kilómetros por hora en Barcelona y hasta de 110 kilómetros en Mataró. En la ciudad de Barcelona, el vendaval abatió 22 árboles, hecho que contribuyó a dificultar el denso tráfico. En Barcelona, los bomberos hicieron un total de 114 salidas, en especial debido a que el viento derribó antenas, andamios y persianas, así como por inundaciones en bajos o en calles con los sistemas de desagüe atascados por las hojas de los árboles. La red de alcantarillado alcanzó los dos tercios de su capacidad, sin que se registrara en ella ningún tipo de incidente. Los cortes por inundaciones tuvieron sus peores consecuencias en la Ronda de Dalt y en la del Mig. En el primer caso, el atasco se registró a la altura del polígono Canyelles. Entre las 11.00 y las 12.20 horas quedó cortado el tráfico en dirección al Llobregat. El corte en la Ronda del Mig se produjo a la altura de Les Corts, en dirección a la plaza de Cerdà, y duró menos de una hora. La celebración de dos manifestaciones estudiantiles hizo un poco más difícil circular por la ciudad. La dirección de la Guardia Urbana de Barcelona ordenó ayer que salieran a la calle todos los agentes que habitualmente prestan servicios burocráticos. Porque lo cierto es que los servicios públicos, salvo los telefónicos, funcionaron bastante bien, de forma que las consecuencias de la lluvia se dejaron sentir especialmente en el tráfico rodado, ya que los cortes en el metro fueron esporádicos y de escasa duración; en algunos casos afectaron a los accesos a las estaciones (Santa Coloma, Torres i Bages, Clot y Montbau). Los retrasos en las líneas de Renfe apenas superaron los 20 minutos de media, especialmente en la línea C-2, de Vilanova i la Geltrú. Sí estuvieron afectadas las líneas de autobuses, atrapadas entre miles de coches privados que ocupaban las principales vías del Eixample: Gran Via, Balmes, Aragó, pero también Diagonal, desde Pedralbes, y el centro histórico de la ciudad: Via Laietana, Pelai, Fontanella y plaza de Catalunya. PASA A LA PÁGINA 4

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En