Alerta química

Un tercio de las 157 industrias de alto riesgo no cumple con los planes de emergencia exigidos desde 1982

"Es muy importante mantener la calma en todo momento. Las autoridades y las empresas trabajan por su seguridad. Es muy recomendable tener siempre en casa un aparato de radio a pilas, una linterna y un botiquín. No adopte iniciativas personales, aunque crea que es su obligación ayudar, para eso están los expertos". Son consejos que se encuentran en los folletos que han recibido en el último año en su buzón muchos ciudadanos vascos. Forman un tríptico editado por el Gobierno vasco titulado Consejos de autoprotección para Emergencias Químicas. El folleto indica lo que hay que hacer ante un...

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"Es muy importante mantener la calma en todo momento. Las autoridades y las empresas trabajan por su seguridad. Es muy recomendable tener siempre en casa un aparato de radio a pilas, una linterna y un botiquín. No adopte iniciativas personales, aunque crea que es su obligación ayudar, para eso están los expertos". Son consejos que se encuentran en los folletos que han recibido en el último año en su buzón muchos ciudadanos vascos. Forman un tríptico editado por el Gobierno vasco titulado Consejos de autoprotección para Emergencias Químicas. El folleto indica lo que hay que hacer ante un accidente de una industria química y da cuenta de cuáles son, dónde están y qué sustancias peligrosas fabrican. Un tipo de información que exige una directiva europea a las empresas químicas de alto riesgo. Hasta aquí, todo muy civilizado.Los vacíos y problemas se detectan cuando se da un repaso a la situación de las empresas químicas en todo el territorio nacional. De las 157 afectadas por esta norma europea -llamada directiva Seveso en referencia al accidente químico que se produjo en la ciudad italiana de este nombre-, todavía hay una tercera parte (54) que no tienen homologados sus planes por Protección Civil. Aún no tienen todos los papeles en regla las empresas de las comunidades de Cantabria, Extremadura, Castilla-La Mancha -que incluye uno de los polígonos industriales más importantes de España, el de Puertollano, en Ciudad Real- y las islas Baleares y Canarias.

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Francisco Ruiz Boada, subdirector general de Protección Civil, matiza que ya sólo falta un trámite final para dejar listo uno de los planes claves, el de Puertollano. Para calibrar el retraso, baste un dato: la directiva que han de cumplir data de 1982. Y ya se ha quedado obsoleta. En enero de 1997, la Comisión Europea dictó otra que amplía la anterior. La trasposición de la nueva norma a la legislación nacional ha de hacerse antes del próximo marzo. Ya existe un borrador. Serán muchas más las empresas afectadas ya que serán más exigentes las condiciones para instalar una de estas factorías.

Ruiz Boada resume cómo afectará la nueva norma: "Aumenta la prevención y potencia la mitigación de consecuencias; la otra, la antigua, era más intervencionista, de planificación ante un accidente". ¿Y por qué ya hay que cambiarla? "Porque con la anterior se ha visto que el número de accidentes mayores no ha descendido, sino que incluso ha aumentado", explica Ruiz Boada. En los 15 años de vigencia de la primera directiva Seveso, de 1982 a 1997, se han producido 280 accidentes químicos mayores -de los que requieren alertar a la pobla-ción- en la Unión Europea. El más afectado ha sido Alemania, que es el de mayor densidad de industrias químicas. Especialmente afectada ha estado Francfort, con varios escapes graves en la primera mitad de los noventa.

En España han sido 15 los accidentes notificados. Octubre de 1997: fuga tóxica en un depósito de ácido clorhídrico en Villaverde (Madrid). Marzo de 1997: nube tóxica por una fuga de ácido clorhídrico en Industrias Omicron, en Tortosa (Tarragona); dos trabajadores muertos en Cantabria al estallar una nave dedicada a reciclar residuos químicos. Enero de 1997: una nube de cloro desata el pánico en el norte de Madrid, obliga a desalojar a 250 vecinos y a cortar la carretera N-I, por un escape de gas de la fábrica Algry dedicada a la producción de aditivos de piensos; el Ayuntamiento de Madrid acusó a la empresa de tardar más de una hora en dar la señal de alarma. Agosto de 1996: nube tóxica por el incendio de la fábrica de productos clorados de Iwer Química en Cuarte de Huerva (Zaragoza). Junio de 1996: escape de ácido clorhídrico de la empresa química Uquifa de Sant Celoni (Barcelona), que afectó a un centenar de personas; la empresa tardó media hora en comunicar el accidente. Enero de 1996: dos nubes químicas por incendios de buques en el puerto de Barcelona; una fuga de cloro en la empresa Erkimia produce una nube tóxica que cubre durante tres horas el pueblo de Flix y obliga a hospitalizar a dos personas y activar el plan exterior de seguridad química de Tarragona por primera vez en alerta 3, su máximo nivel. Accidentes, además, que apenas han supuesto depuración de responsabilidades. Hay que buscar con lupa las sentencias condenatorias a encargados o directivos de empresas químicas involucradas en contaminaciones graves. Las denuncias muy rara vez acaban en una sentencia.

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