CINE

Un guionista de 'Abre los ojos' arrasa con su cortometraje en el Festival de Alcalá

Mateo Gil, de 26 años, guionista junto a Alejandro Amenábar de Tesis y Abre los ojos, se convirtió ayer en el vencedor del XXVIII Festival de Cine de Alcalá con Allanamiento de morada, un corto muy alejado de las vueltas de tuerca de los dos largos en los que colaboró. Gil se llevó los galardones a la mejor película y guión del certamen nacional y el Comunidad de Madrid a la mejor obra rodada en la región. Los otros dos premios gordos se los apuntó el género fantástico. El palmarés también tuvo nombres conocidos: Miguel Bosé, con una estatuilla al mejor actor por su papel de Lorca, y el humori...

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Mateo Gil, de 26 años, guionista junto a Alejandro Amenábar de Tesis y Abre los ojos, se convirtió ayer en el vencedor del XXVIII Festival de Cine de Alcalá con Allanamiento de morada, un corto muy alejado de las vueltas de tuerca de los dos largos en los que colaboró. Gil se llevó los galardones a la mejor película y guión del certamen nacional y el Comunidad de Madrid a la mejor obra rodada en la región. Los otros dos premios gordos se los apuntó el género fantástico. El palmarés también tuvo nombres conocidos: Miguel Bosé, con una estatuilla al mejor actor por su papel de Lorca, y el humorista Faemino, uno de los tres directores de ¿Quieres que te lo cuente?, premio Canal +.

Mateo Gil es canario, un dato a tener en cuenta, ya que es el tercer año consecutivo en que un insular arrasa con el palmarés alcalaíno. El año pasado fue Andrés Koppel con La raya, y el anterior, Juan Carlos Fresnadillo con Esposados, que optó a un Oscar. El de Gil es el único en el que no hay playa. Los 17 minutos de su primer corto como director transcurren en un salón madrileño en el que dos vendedores agresivos, interpretados por Pepón Nieto, el becario de la serie Periodistas, y Eduardo Noriega, el protagonista de Abre los ojos, le colocan una enciclopedia de muchas mil pesetas a una perpleja ama de casa. La mujer es Petra Martínez, que consiguió el premio a la mejor actriz. El coste del corto es de los más bajos del palmarés, cinco millones de pesetas. Ayer se llevó un millón y medio en premios.El segundo se lo llevó el inquietante trabajo del catalán Nacho Cerdá, de 29 años. Bajo el título de Génesis, Cerdá construye un poema visual sostenido durante 28 minutos por un solo actor que no dice una palabra e interpreta a un escultor que ha perdido a su mujer y se dedica a esculpirla una y otra vez, hasta que una de sus estatuas cobra vida.

También se encuadra dentro del género fantástico la cinta que se hizo con el tercer premio, Un día perfecto, del madrileño Jacobo Rispa, de 27 años. Rispa encierra a su protagonista, Gabriel, en un apartamento gobernado por el ordenador de su banco. Gabriel ha ganado el premio gordo de la euroloto: ¡un trabajo!, pero no puede salir a canjear el cupón.

Los tres ganadores tienen en común su juventud, los estudios de Ciencias de la Información -que Rispa cursó en Estados Unidos-, que tienen en el escritorio de casa el guión de un largo del que prefieren no hablar aún y que se ganan la vida en el mundo de la imagen. Gil como guionista, Rispa como realizador free lance de vídeos de encargo y Cerdá como productor de anuncios publicitarios. En poco más coinciden. Sólo Cerdá cree en el corto como un género en sí mismo. "Es como en literatura, hay cuentos y novelas. Cada historia tiene su duración", afirma. En el otro extremo, Rispa, que asegura que si llega al largo, nunca más hará un corto, y Gil: "Las pelis se hacen para que se vean, y un corto tiene pocos espectadores más que los de festivales". Cerdá discrepa: "Eso ha cambiado desde que las televisiones han empezado a comprar cortos".

El corto es el plato fuerte del festival alcalaíno, pero el largo también tiene su pequeño espacio dedicado a los nuevos realizadores. El premio del jurado fue para Rincones del paraíso, ópera prima del crítico de cine Carlos Pérez Merinero. El del público, decidido por 350 espectadores, correspondió a Pecata minuta, primer largo (ya firmó dos cortos) del actor vasco Ramón Barea, el padre borracho de Matías, juez de línea. Es una historia de fugas, con túnel incluido, en un convento de clausura y se estrenará el próximo mes de enero.

Cortos ganadores del Festival de Cine de Alcalá, se proyectan juntos hoy, sábado, a las 17.00, en el teatro Salón Cervantes (calle de Cervantes, s/n, Alcalá de Henares). Precio: 350 pesetas.

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