Cartas al director

Navidades en Centroamérica

Ante la catástrofe humana que ha supuesto el paso del huracán Mitch, somos muchos los que nos preguntamos por qué nuestra colaboración no puede ir más allá del envío de dinero, aunque estas aportaciones sean absolutamente necesarias. Me gustaría proponer otro tipo de ayuda, que requiriría la colaboración de algunas empresas y patrocinadores pero que supondría un impulso más directo que la mera colaboración monetaria.La idea sería convocar una gran movilización de voluntarios (fundamentalmente estudiantes, que son los que disponen de más días libres) para que, financiados por empresas es...

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Ante la catástrofe humana que ha supuesto el paso del huracán Mitch, somos muchos los que nos preguntamos por qué nuestra colaboración no puede ir más allá del envío de dinero, aunque estas aportaciones sean absolutamente necesarias. Me gustaría proponer otro tipo de ayuda, que requiriría la colaboración de algunas empresas y patrocinadores pero que supondría un impulso más directo que la mera colaboración monetaria.La idea sería convocar una gran movilización de voluntarios (fundamentalmente estudiantes, que son los que disponen de más días libres) para que, financiados por empresas españolas, se trasladaran durante las vacaciones de Navidad a Centroamérica. Allí, instruidos por monitores y distribuidos en grupos según la preparación y cualificación de cada cual, contribuirían a las labores de reconstrucción que allí se están emprendiendo, coordinados por los técnicos que ya se encuentran en la zona (médicos, capataces, ingenieros).

Tiene que quedar claro que no se trataría de hacer turismo ni de ir a las zonas destrozadas a consolar a las víctimas, sino a trabajar, a colaborar en las tareas de desescombro, de vacunación, en la reparación de infraestructuras (carreteras, líneas telefónicas, edificios) y en su mejora, de forma que estas regiones queden mejor preparadas para afrontar cualquier otro desastre natural en el futuro.

El viaje debería plantearse de la forma más austera posible. Por ejemplo, propongo que en lo posible los voluntarios se encargaran de su propio equipo (nada de que una firma comercial regale las mochilas o las botas: ese dinero puede emplearse de forma más directa). Y también con mucha humildad: no se trata de hacer ostentación de nuestra bondad con los pobres, la idea simplemente es la de ir allí a trabajar lo más sacrificadamente que se pueda.

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La iniciativa, además de una enorme dosis de entusiasmo, necesitaría la colaboración de algunas empresas y organismos. Por ejemplo:

- Una o varias líneas aéreas que se ocuparán gratuitamente del transporte de los voluntarios a Centroamérica.

- El patrocinio de varias empresas que financiaran la estancia de los voluntarios en los países afectados, estancia que podría resolverse de forma muy económica mediante campamentos o tiendas de campaña.

- La colaboración de los medios de comunicación para que expliquen y difundan la iniciativa.

- Los voluntarios, para ser útiles, deberían estar al menos 20 días en la zona, en una semana apenas hay tiempo para aclimatarse. El Ministerio de Educación y Cultura podría prolongar en unos días las vacaciones de los estudiantes que decidieran desplazarse a la zona, y las empresas facilitar días libres a sus trabajadores que se presentasen como voluntarios.-

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