La policía del caos

Más de 40.000 funcionarios, repartidos entre diez cuerpos diferentes de seguridad, componen los servicios policiales oficiales de Yasir Arafat. En su conjunto, es una tropa indisciplinada que desde hace años se encuentra sumida en una guerra intestina y, en especial, con la milicia popular de Al Fatah, que ahora, en el proceso de paz, trata de reciclarse desempeñando servicios parapoliciales de dudosa legalidad. La convivencia es difícil y a menudo se producen enfrentamientos. La última colisión entre las fuerzas de seguridad palestinas y Al Fatah se registró hace poco más de una semana en Ram...

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Más de 40.000 funcionarios, repartidos entre diez cuerpos diferentes de seguridad, componen los servicios policiales oficiales de Yasir Arafat. En su conjunto, es una tropa indisciplinada que desde hace años se encuentra sumida en una guerra intestina y, en especial, con la milicia popular de Al Fatah, que ahora, en el proceso de paz, trata de reciclarse desempeñando servicios parapoliciales de dudosa legalidad. La convivencia es difícil y a menudo se producen enfrentamientos. La última colisión entre las fuerzas de seguridad palestinas y Al Fatah se registró hace poco más de una semana en Ramala.La guerra con los servicios de seguridad queda fielmente reflejada en un panfleto de Al Fatah en el que se acusa a los miembros de la Seguridad Militar de "chupar la sangre de los palestinos, comerciando con coches robados, prostíbulos y vendiendo armas, ya que prefieren ser prostitutas israelíes, trabajando al servicio de la Inteligencia israelí".

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La guerra secreta de los servicios policiales y parapoliciales palestinos amenaza con reavivarse próximamente cuando empiece a discutirse sobre el terreno la reestructuración de los cuerpos, la depuración de los funcionarios y, sobre todo, la confiscación de las armas acordada en los acuerdos de Wye Plantation y que será supervisada por la CIA.

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