El ELK ocupa el espacio vacío

Las fuerzas policiales y militares serbias continuaron ayer su retirada en Kosovo para cumplir así con las exigencias de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y evitar la intervención de la OTAN. Al mismo tiempo, observadores diplomáticos constatan en Pristina que el grupo guerrillero Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) ha comenzado a ocupar en los pueblos las posiciones que abandonan los serbios.La televisión estatal informó ayer de la destitución del jefe de la Seguridad Nacional de Serbia (servicios secretos), Jovica Stanisic. En los medios políticos de Belgrado sorprendió la ...

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Las fuerzas policiales y militares serbias continuaron ayer su retirada en Kosovo para cumplir así con las exigencias de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y evitar la intervención de la OTAN. Al mismo tiempo, observadores diplomáticos constatan en Pristina que el grupo guerrillero Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) ha comenzado a ocupar en los pueblos las posiciones que abandonan los serbios.La televisión estatal informó ayer de la destitución del jefe de la Seguridad Nacional de Serbia (servicios secretos), Jovica Stanisic. En los medios políticos de Belgrado sorprendió la noticia, pero nadie se atrevía todavía a interpretar su alcance. Stanisic alcanzó notoriedad pública en 1995 cuando negoció, por encargo del hoy presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, la solución a la crisis de los rehenes occidentales, capturados por las fuerzas serbobosnias de Radovan Karadzic, hoy acusado de crímenes de guerra. En otra ocasión, Stanisic se encargó de recoger la firma de Karadzic en el documento en que se comprometía a renunciar a la actividad política en Bosnia.

Para la prensa del régimen serbio, casi la única que queda tras los cierres de cuatro medios independientes, el ultimátum de la OTAN no existía. La información aparecía perdida por las páginas interiores de Politika, órgano oficioso de Milosevic. En la televisión se mostraba durante todo el día la retirada de las Fuerzas Armadas en Kosovo.

El jefe de la misión norteamericana de los observadores diplomáticos en Kosovo, Sean Burns, declaró que se retiraron 4.100 policías y sus vehículos blindados, y que sólo quedan fuera de los cuarteles tres unidades del Ejército, cada una del tamaño de una compañía. También confirmó que los retenes de la policía serbia habían sido desmantelados. El diplomático afirmó que a los pueblos regresaban los desplazados y también efectivos armados del ELK. Según Burns, la presencia del ELK era visible y numerosa, pero no habían instalado puestos de control.

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