Pinturas hasta en el cuarto de baño

Mercedes Buades, que de vender arte contemporáneo sabe un rato, estaba ayer por la mañana en Sevilla dándole vueltas a la cabeza. A la galerista madrileña se le ocurrió, mientras colgaba obras de andaluces en su habitación del Hotel Inglaterra, que a esto del arte contemporáneo le faltaba "tirón social". "Lo que necesitamos es que los novios se pasen por aquí a darnos el ramo", bromeaba la directora de la galería Buades refiriéndose a la boda de Eugenia Martínez de Irujo y Francisco Rivera que se celebrará hoy en Sevilla. Seguro que si los americanos que montaron la primera feria de arte en un...

Mercedes Buades, que de vender arte contemporáneo sabe un rato, estaba ayer por la mañana en Sevilla dándole vueltas a la cabeza. A la galerista madrileña se le ocurrió, mientras colgaba obras de andaluces en su habitación del Hotel Inglaterra, que a esto del arte contemporáneo le faltaba "tirón social". "Lo que necesitamos es que los novios se pasen por aquí a darnos el ramo", bromeaba la directora de la galería Buades refiriéndose a la boda de Eugenia Martínez de Irujo y Francisco Rivera que se celebrará hoy en Sevilla. Seguro que si los americanos que montaron la primera feria de arte en un hotel, en el Gramercy Park de Nueva York, hubieran tenido una oportunidad como esta, la habrían aprovechado. La segunda edición de Hotel y Arte se inauguró ayer sin ramos nupciales pero con casi un millar de obras procedentes de 25 galerías de toda España. José Cobo, director y promotor de la feria, ha conseguido que el número de participantes crezca -el año pasado hubo 22 galerías- y que se sumen al encuentro cuatro revistas. Durante cuatro días, desde las cinco de la tarde hasta las diez de la noche, cualquiera puede pasearse por los pasillos del Hotel Inglaterra y entrar a sus habitaciones. En el interior, los galeristas luchan contra la cretona que cubre las paredes o se alían con ella para colgar obras de Dokoupil, Bruce Nauman, José María Sicilia, Ouka Lele o Pérez Villalta. Esta peculiar feria quiere acercar el arte contemporáneo a un público reacio a acudir a los grandes eventos, como ARCO en Madrid, y fomentar el coleccionismo en Andalucía. Hay obras para todos los gustos y todos los bolsillos: desde 20.000 pesetas hasta un millón. Hotel y Arte, la segunda feria de este tipo en España -la primera se creó hace dos años en el Majestic de Barcelona-, cerró su primera edición con un resultado que superó sus previsiones: más de 15 millones de pesetas en ventas y unos 2.000 visitantes. Pero el que, por segundo año consecutivo, contemplará más arte que nadie es Miguel, uno de los encargados de mantenimiento del Inglaterra. "Como ya me conocen, este año me dan más la lata que el pasado", decía ayer Miguel mientras iba de una lado para otro poniendo alcayatas. "Esto si que me lo compraría, ahora que llega el invierno", bromeaba el técnico al contemplar una instalación en la habitación de la galería Fernando Serrano de Moguer (Huelva). La obra de Lucía Álvarez está realizada en guata y cubre dos camas. Magda Bellotti, presidenta de la Asociación Andaluza de Galerías de Arte Contemporáneo, es una de las que más ha luchado por el proyecto. "El arte contemporáneo no es una causa perdida, pero es una batalla que tenemos que ganar", dice. Según Bellotti, que trabaja en Algeciras, el perfil del comprador de Hotel y Arte es "una persona culta, hay tantos hombres como mujeres, de nivel adquisitivo medio, andaluz y de profesión liberal". En esta peculiar feria participan galerías muy conocidas como Estampa (Madrid), Tomás March (Valencia), Leyendecker (Santa Cruz de Tenerife) o Carles Taché (Barcelona). De las andaluzas han participado nueve. Además de las citadas están Carmen de la Calle (Jerez), Sandunga (Granada), Alfredo Viñas (Málaga) y Cavecanem, Félix Gómez, Rafael Ortiz e Isabel Ignacio, las cuatro de Sevilla. Isabel Ignacio, que ha dirigido cuatro años la desaparecida Marta Moore, se estrena con esta feria con espacio propio y, como el resto, mucho amor por el arte.