ANIVERSARIO EN EL VATICANO

El Papa celebra sus 20 años de pontificado con una encíclica que armoniza la fe y la razón

El texto de "Fides et ratio" propugna la apertura de la Iglesia católica a todas las culturas

Juan Pablo II pasa revista en el centenar y medio de páginas de Fides et ratio (Fe y razón) a la relación entre la revelación divina y la búsqueda de la verdad en las diferentes culturas, para concluir con un elogio del esfuerzo especulativo y una mención a la necesidad, casi imprescindible, de una armonización entre la fe y la razón.

El Papa considera que las grandes preguntas que se ha hecho la humanidad sobre la esencia del ser humano, el destino del hombre y el más allá siguen siendo los grandes interrogantes. "El mayor desafío que nos espera al final de este milenio", escribe, ...

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Juan Pablo II pasa revista en el centenar y medio de páginas de Fides et ratio (Fe y razón) a la relación entre la revelación divina y la búsqueda de la verdad en las diferentes culturas, para concluir con un elogio del esfuerzo especulativo y una mención a la necesidad, casi imprescindible, de una armonización entre la fe y la razón.

El Papa considera que las grandes preguntas que se ha hecho la humanidad sobre la esencia del ser humano, el destino del hombre y el más allá siguen siendo los grandes interrogantes. "El mayor desafío que nos espera al final de este milenio", escribe, "es ser capaces de completar el paso, no sólo necesario, sino urgente, del fenómeno al fundamento. No es posible quedarse con la sola experiencia. Incluso cuando expresa y hace manifiesta la interioridad del hombre y su espiritualidad, es necesario que la reflexión especulativa alcance la substancia espiritual y el fundamento que la sostiene". La búsqueda de la verdad ha desarrollado grandes escuelas de pensamiento. Juan Pablo II, fiel a su talante internacionalista, no se detiene en la cultura greco-romana, sino que rinde un tributo al pensamiento oriental y a la filosofía hindú.

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El Papa polaco se reafirma en su línea de apertura hacia todas las culturas, dando a entender que la Iglesia católica, la misma que organizó los tribunales de la Inquisición, la que quemó al filósofo Giordano Bruno, la que contribuyó a generar un sentimiento hostil hacia el pueblo judío que llegó al antisemitismo, ha cambiado de talante y está dispuesta a ocupar un espacio de paz.

Nihilismo y comunismo

No es que Juan Pablo II acepte todas las doctrinas. En Fides et ratio deja claro que el magisterio eclesiástico, además de estimular el estudio de la filosofía en sacerdotes y teólogos, debe reservarse una función de control. "Es una obligación reaccionar de forma clara y enérgica cuando tesis filosóficas discutibles amenazan la recta comprensión del dato revelado y se difunden teorías falsas y partidistas que siembran graves errores".No hay que hacer un gran esfuerzo para saber a qué teorías se refiere Juan Pablo II. El Papa apunta sobre todo al "nihilismo", la filosofía de la negación de cualquier verdad, la que a principios de siglo fue terreno abonado para el nacimiento del marxismo, que creó en este siglo la religión comunista, única que en Occidente se ha atrevido a desafiar al catolicismo.

No en vano, si hubiera que resumir en un solo concepto los 20 años del pontificado, bastaría con recordar su decisivo papel en el hundimiento de los sistemas comunistas. Es cierto que el resumen de los 20 años podría hacerse también sobre la base de los récords.

Su elección, el 16 de octubre de 1978, hacía recaer el cargo de obispo de Roma en el primer extranjero en 450 años de historia. Ha sido el Papa más viajero, con sus 84 desplazamientos al extranjero (ha recorrido casi tres veces la distancia entre la Tierra y la Luna), el primero que se ha subido a un escenario con un cantante pop (en Bolonia, con Bob Dylan, en 1997), ha roto moldes pisando una sinagoga, es el Papa que ha hecho más beatos y más cardenales, y aún se podría añadir un largo etcétera a esta lista.

Pasará a la historia también por su extraordinario dominio de los medios, un aspecto fundamental en la era de la comunicación. El martes por la noche dejó boquiabiertos al presentador y a los invitados del programa de la RAI Porta a porta, que le dedicaba un homenaje, llamando por teléfono desde el Vaticano para dar las gracias "por todo lo que habéis dicho".

En este 20º aniversario ha recibido un homenaje mediático y editorial de proporciones poco comunes y que ponen de relieve el abrumador culto a la personalidad que se ha gestado en torno a él. Se han publicado nuevas biografías, un libro que resume los 12.000 discursos en la media docena de idiomas que conoce, centenares de artículos y reportajes sobre su vida.

Pero no todo han sido elogios.Intelectuales de la talla de Paolo Flores d"Arcais le han definido como "un gran Papa, pero un Papa reaccionario". A juicio de Flores d"Arcais, "Wojtyla representa el último desafío a la modernidad. A todo lo que de contradictorio e injusto tiene la modernidad, pero también a todo lo que tiene de liberatorio".

El juicio de José María de Vera, portavoz de la Compañía de Jesús, es más complejo. "Juan Pablo II ha sido un Papa conservador desde el punto de vista teológico, pero muy abierto y avanzado desde el punto de vista social". Por un lado reafirma la existencia del infierno, rechaza los métodos anticonceptivos, incluso en los países del Tercer Mundo, abomina del aborto y lo equipara al crimen común. Por otro, arremete contra los vicios del capitalismo.

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