Cartas al director

Puerco mundo

Ahora resulta que EEUU cometió un error al bombardear, con misiles de largo alcance, una fábrica de Sudán como represalia por los atentados contra varias de sus embajadas en África. Es tan patético que uno esperaría que la noticia provocase una cascada de dimisiones en los varios Gobiernos (entre ellos, el nuestro) que tan decididamente apoyaron el ataque y, sobre todo, en la Casa Blanca, empezando por Clinton.Pero no; unas cuantas víctimas inocentes no dan para tanto. Para incordiar al presidente de EEUU hace falta, como mínimo, un caso Lewinsky. Ése sí es un asunto importante. Por eso, todos...

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Ahora resulta que EEUU cometió un error al bombardear, con misiles de largo alcance, una fábrica de Sudán como represalia por los atentados contra varias de sus embajadas en África. Es tan patético que uno esperaría que la noticia provocase una cascada de dimisiones en los varios Gobiernos (entre ellos, el nuestro) que tan decididamente apoyaron el ataque y, sobre todo, en la Casa Blanca, empezando por Clinton.Pero no; unas cuantas víctimas inocentes no dan para tanto. Para incordiar al presidente de EEUU hace falta, como mínimo, un caso Lewinsky. Ése sí es un asunto importante. Por eso, todos los medios de comunicación, entre ellos EL PAÍS, nos lo han contado hasta el último detalle, dedicándole un esfuerzo tan grande y continuado. La noticia de que Clinton se equivocó al bombardear Sudán se despacha con una breve nota.

Yo entiendo que los asuntos de Sudán no tienen el morbo y el atractivo del caso Lewinsky y que también la prensa tiene que comer. Pero también creía que un periódico debe mantener un mínimo compromiso, además de con la rentabilidad, con la justicia y con la razón. No creo que el caso Lewinsky sea tan frívolo como parece: en ese bestial despliegue informativo se nos vende una cierta visión del mundo donde ciertos asuntos no dejan lugar para otros y donde la atención del personal se desvía hacia el espectáculo más rentable. Juraría que el vestido de Monica Lewinsky traía, entre otras cosas, un siniestro mensaje oculto en sus pliegues.- . .

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