Almussafes lanza un SOS a los directivos de Ford en EE UU

El comité de empresa de España pide la mediación de la compañía matriz para desbloquear la negociación de su convenio colectivo

La Generalitat valenciana pidió ayer gestos para desbloquear la negociación del convenio colectivo de Ford España: al comité, que desconvoque los paros previstos este mes, y a la dirección, que no cumpla su amenaza de rescindir 434 contratos eventuales en la factoría de Almussafes. Todo ello con el propósito de reanudar las negociaciones del único convenio del sector del automóvil que resta por firmar en España.Ford aceptó la petición de la Administración, no así el comité. "Para que ese gesto se produzca, la dirección tiene que entrar a negociar nuestra plataforma", dijo el presidente del...

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La Generalitat valenciana pidió ayer gestos para desbloquear la negociación del convenio colectivo de Ford España: al comité, que desconvoque los paros previstos este mes, y a la dirección, que no cumpla su amenaza de rescindir 434 contratos eventuales en la factoría de Almussafes. Todo ello con el propósito de reanudar las negociaciones del único convenio del sector del automóvil que resta por firmar en España.Ford aceptó la petición de la Administración, no así el comité. "Para que ese gesto se produzca, la dirección tiene que entrar a negociar nuestra plataforma", dijo el presidente del comité, Juan Luis Naranjo, de UGT. El comité de empresa culpa del conflicto a la falta de peso de Ford España en la división europea de este gigante del automóvil y, por tanto, piden la mediación de los directivos de la compañía en EE UU. "La dirección de Almussafes trata de justificar su falta de peso frente a Alemania, centro al que no le interesa la paz laboral en Almussafes", aseguró otro portavoz sindical. A última hora de ayer, los sindicatos discutían aún una respuesta al gesto solicitado por la Generalitat. Y mientras esto sucedía transcendió un elemento capaz de dinamitar la inestable unidad sindical en Almussafes. Fuentes del Gobierno valenciano apuntaron que la dirección de la compañía y UGT habían llegado a un acuerdo, que se frustró en el último momento. UGT negó tal extremo y también lo hizo así la dirección de Ford.

Dos visiones del futuro para la mayor empresa industrial radicada en la Comunidad Valenciana chocan en la conflictiva situación que vive la factoría Ford de Almussafes (Valencia), que ha obligado a la Generalitat valenciana a mediar entre el comité de empresa y la dirección de la multinacional del automóvil para intentar desbloquear la negociación de un convenio colectivo que afecta a los 8.000 trabajadores de la planta. Flexibilidad laboral para aumentar la productividad sin crecimiento de plantilla es lo que exige la dirección de Ford, inusualmente dura en sus posiciones públicas ante el conflicto. El comité, por su parte, introduce en su plataforma la prioridad de crear empleo, con medidas que recogen la implantación de un tercer turno y la reducción de jornada a 35 horas semanales.

Después de 10 meses de negociaciones, las posturas de la dirección de la compañía y del comité de empresa están tan alejadas como el primer día. Nadie acierta a explicar por qué la negociación de este duodécimo convenio está siendo tan complicada, ya que en los 22 años de historia de la factoría de Almussafes nunca se había llegado a octubre sin un acuerdo.

Ni los paros que mantiene la plantilla ni la decisión de la compañía de trasladar a la planta de Ford en Saarlouis (Alemania) la producción de 68.800 vehículos del modelo Focus, destinados inicialmente a Almussafes, han conseguido que ninguna de las partes haya dado su brazo a torcer.

La dirección de Ford de Almussafes sostiene que para que la planta valenciana pueda estar en condiciones de enfrentarse no sólo a la competencia externa, sino a la interna, es necesario incrementar la producción actual. Para eso pidió incrementar el volumen de fabricación, que en las primeras fases no conllevaría un aumento de la plantilla, sino el incremento extraordinario de la jornada, el cambio del actual sistema de pausas introduciendo la figura de los relevadores para que la cadena no se pare y el trabajo obligatorio 10 sábados anuales. Así se pasaría de los 1.560 coches al día que se fabrican en la actualidad a 1.707. El tercer turno no se pondría en marcha a corto plazo, a pesar de que existe un compromiso adquirido en 1995 por la compañía. Éstas son condiciones que la empresa considera indispensables para entrar a debatir los puntos de la plataforma sindical.

El comité de empresa no acepta imposiciones y pide que se negocie la plataforma. "Veinticuatro puntos, todos negociables", insiste una y otra vez. Reclama que se cumpla el compromiso de implantar el tercer turno en la empresa, como medida para aumentar la producción, la reclasificación de 2.500 empleados, pasar a fijos los eventuales y el rejuvenecimiento de la plantilla por la vía de las prejubilaciones y las bajas incentivadas, mientras que en el capítulo salarial se reclama un aumento del 3% para los dos años. Una de las reivindicaciones que más expectación ha levantado es la reducción de la jornada a 35 horas semanales.

La empresa asegura que estas peticiones son inasumibles. Acusa a los sindicatos de querer convertir a la factoría de Almussafes en un "banco de pruebas" para las 35 horas. Además considera que económicamente las peticiones del comité supondrían un aumento de los gastos salariales del 29%, algo inaceptable para la dirección, que ofrece un incremento salarial del 2,6%. La dirección dijo que, de continuar el bloqueo, el futuro de Almussafes estaba amenazado.

Pero los sindicatos niegan esta posibilidad: la producción en Almussafes es similar a la de Saarlouis, donde se traslada parte de la producción destinada inicialmente a Almussafes: 57 vehículos por empleado en España, frente a los 59 de Alemania. Además, los costes salariales en Alemania doblan a los del sector en España. Enfrente, la empresa asegura que muchas factorías han flexibilizado la jornada, mientras que los aumentos salariales son menores que los exigidos en Almussafes.

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