ANDALUCÍA

Los estudiantes completarán su jornada con actividades de tarde

En Andalucía no hay clases todas las tardes. La jornada continuada que se implantó hace años incomodaba a los padres, que reclamaban que el horario lectivo fuera complementado en turno vespertino con actividades extraescolares. El 90% de ellas las venían organizando las asociaciones de padres de alumnos (APA). Una nueva normativa de la Consejería de Educación permitirá a partir de este curso que los centros de la comunidad puedan organizar estas actividades y cobrar por ellas. Además podrán alquilar sus instalaciones a otros colectivos haciendo uso de su independencia de gestión para dinamizar...

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En Andalucía no hay clases todas las tardes. La jornada continuada que se implantó hace años incomodaba a los padres, que reclamaban que el horario lectivo fuera complementado en turno vespertino con actividades extraescolares. El 90% de ellas las venían organizando las asociaciones de padres de alumnos (APA). Una nueva normativa de la Consejería de Educación permitirá a partir de este curso que los centros de la comunidad puedan organizar estas actividades y cobrar por ellas. Además podrán alquilar sus instalaciones a otros colectivos haciendo uso de su independencia de gestión para dinamizar la vida del centro.Se pretende competir con los colegios privados, un 89% de los cuales abre sus puertas toda la semana en horario vespertino, frente a un 38 % de los públicos. La nueva orden satisface a las APA, pero éstas exigen que se les mantenga el uso gratuito de las instalaciones para las actividades que pongan en marcha y, lo más importante, que se cree una comisión en el seno del consejo escolar en la que estén representados los padres para poder tomar parte en las decisiones sobre qué actividades organizará el centro y a qué precios.

Una encuesta que maneja la consejería demuestra que el 63% de los padres que han optado por la enseñanza pública considera que los trabajos extraescolares por las tardes enriquecerían la calidad educativa, y un 54% permitiría gustoso que sus hijos jugaran, aprendieran otros idiomas, dieran clases de música o participaran en cualquier otro divertimento pedagógico después de la comida.

La consejería velará para que los colegios de zonas marginales también ofrezcan estas actividades y establecerá un sistema de becas para que los problemas económicos no impidan a las clases menos favorecidas el disfrute de ellas. Una subvención de 100 millones de pesetas y un sistema de ayudas personalizadas tratará de que no se rompa el equilibrio público. Y también se pretende con ello que se incremente el uso de los comedores escolares.

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