Paseo de Gràcia y dinero negro

La escasez de oficinas no se limita a la Diagonal de Barcelona. También ha alcanzado al paseo de Gràcia. En esa calle del centro de la ciudad han coincidido dos tipos de fenómeno. La moda de la vivienda en el centro de Barcelona y el interés de algunos profesionales por hacer aflorar su dinero negro antes de la llegada del euro comprando un despacho en una zona de prestigio, dicen fuentes del s ector inmobiliario. Una serie de promociones, entre la que destaca la impulsada por el grupo Torma en el cine Fémina, han vuelto a apostar por promover viviendas en el bulevar barcelonés, que antes par...

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La escasez de oficinas no se limita a la Diagonal de Barcelona. También ha alcanzado al paseo de Gràcia. En esa calle del centro de la ciudad han coincidido dos tipos de fenómeno. La moda de la vivienda en el centro de Barcelona y el interés de algunos profesionales por hacer aflorar su dinero negro antes de la llegada del euro comprando un despacho en una zona de prestigio, dicen fuentes del s ector inmobiliario. Una serie de promociones, entre la que destaca la impulsada por el grupo Torma en el cine Fémina, han vuelto a apostar por promover viviendas en el bulevar barcelonés, que antes parecía reservado a los despachos y oficinas. El precio medio de una vivienda de propiedad en el paseo de Gràcia alcanza en este momento las 400.000 pesetas por metro cuadrado. Ese mismo metro cuadrado para despacho cuesta 300.000 pesetas. No es de extrañar, pues, que muchos promotores y algunos bancos que tienen edificios a la venta apuesten por la oferta residencial, en la que obtienen una rentabilidad un 30% superior a la que ofrecen las oficinas. A pesar de ello, la demanda de despachos aumenta. Aparte de la necesidad de hacer aflorar dinero negro, algunos inversores se dirigen a este paseo con la esperanza de beneficiarse del aumento de precios que se ha iniciado y que se espera que continúe. Un prestigioso abogado de Barcelona ha recibido estos días la notificación de revisión de su contrato de alquiler de tres años del despacho que tiene en el paseo de Gràcia. Pagaba 1.000 pesetas por metro cuadrado. Ahora se lo suben a 2.000 pesetas. "Me doblan el precio del alquiler, así que he decidido mudarme a otro sitio más barato", confiesa.

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