Política exterior

E l ex primer ministro israelí Simon Peres, así como el marroquí Aziza Bennani asistirán mañana en Sevilla a la constitución de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, iniciativa que ha de convertir a Andalucía, a partir de esta semana, en una plataforma privilegiada de encuentro de árabes, judíos y cristianos. La rápida y valiosa adhesión al proyecto del mismísimo rey de Marruecos, Hassan II, tal vez pilló a contrapié a las propias autoridades diplomáticas españolas, poco dadas a aceptar porque sí la política exterior que desarrollan las distintas comunidades autónomas. Máxime ahora en e...

E l ex primer ministro israelí Simon Peres, así como el marroquí Aziza Bennani asistirán mañana en Sevilla a la constitución de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, iniciativa que ha de convertir a Andalucía, a partir de esta semana, en una plataforma privilegiada de encuentro de árabes, judíos y cristianos. La rápida y valiosa adhesión al proyecto del mismísimo rey de Marruecos, Hassan II, tal vez pilló a contrapié a las propias autoridades diplomáticas españolas, poco dadas a aceptar porque sí la política exterior que desarrollan las distintas comunidades autónomas. Máxime ahora en el caso de Andalucía, gobernada por un partido diferente al que se encuentra en la Moncloa. Las reticencias surgidas en Madrid pueden explicar entonces el retraso que se ha producido en la incorporación del Rey Juan Carlos al alto patronazgo de esta fundación que tantas expectativas ha generado. Quedan además por conocer los resultados de la visita de Manuel Chaves, encabezando una nutrida delegación de empresarios, al Cono Sur. La elaboración de la agenda ha supuesto salvar más obstáculos que los esperados inicialmente. Se han tenido que resolver dudas y escepticismos por parte del Palacio de Santa Cruz (sede del Ministerio de Asuntos Exteriores) para que Manuel Chaves, al igual que ya lo hicieran otros presidentes autonómicos, sea recibido por los distintos jefes de Estado de los países que visitará. Pero por si fueran pocas las señales del trato que da a Andalucía la diplomacia española, cabe reseñar la lentitud que se ha producido en la resolución de la retención de los pescadores onubenses en Gambia. Al final, una simple llamada de Abel Matutes ha servido para poner término a esta pesadilla. Tuvieron, no obstante, que transcurrir tres meses, entregar 38 millones de pesetas y protagonizar sus familiares un dramático llamamiento para que se produjera la tan deseada intervención de Madrid. Gibraltar Ante tal pasividad, otros actuarán por su cuenta. El martes, el presidente de los armadores andaluces, Pedro Maza, acompañado por el alcalde de Algeciras, Patricio González, se reunirá con el primer ministro de Gibraltar, Peter Caruana. Se quiere poner fin a los continuos enfrentamientos entre las patrulleras de la colonia y los pescadores de la zona. Un contencioso que pretenden arreglar en plan amistoso los vecinos, al margen de la acción de Asuntos Exteriores. Y en cuanto a la política interior, atentos se habrá de estar a la comparecencia pública hoy de los andalucistas. Entramos en una semana en la que estos esperan recibir de sus socios de Gobierno el borrador del anteproyecto de los próximos presupuestos. En el PA quieren hacer hincapié en la supuesta falta de concreción, no ya de los gastos e inversiones, sino de los ingresos que alimentarán dichas cuentas. También habrá un varapalo al Plan Horizonte 2000 que precisamente contiene las líneas maestras de los presupuestos andaluces. O sea, que nos situaremos ante un gesto más de los andalucistas con el que marcar diferencias con respecto a sus coaligados. Eso sí, la salud del pacto del Gobierno es "magnífica", tal y como eufóricamente afirma una y otra vez Pedro Pacheco. Mientras, el PP prepara su munición para emplearla a fondo en el próximo pleno del Parlamento. Llevarán a la Cámara "asuntos oscuros", según gusta decir al secretario del grupo parlamentario Antonio Sanz. Tenebrosa definición para referirse a las relaciones de Gil con Zarrías o a la adjudicación del Casino a la localidad sevillana de Tomares, gobernada por un alcalde popular.