Gambia retrasa hasta el jueves el juicio a los pescadores de Huelva retenidos desde junio

En principio este retraso no debería dilatar más la permanencia de Antonio Lozano y Domingo López en territorio africano. La llegada -que se espera para la madrugada de hoy- del armador del Brizz III , Ángel Fernández, con los 38 millones de pesetas exigidos por las autoridades de Gambia para la liberación de los dos marineros -que incluye ladel barco de pabellón senegalés y capital español cargado de gambas- hará posible que no se llegue a celebrar el juicio nunca y que los pescadores vuelvan a casa esta misma semana.En un principio, se esperaba que mañana miércoles iniciaran su regres...

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En principio este retraso no debería dilatar más la permanencia de Antonio Lozano y Domingo López en territorio africano. La llegada -que se espera para la madrugada de hoy- del armador del Brizz III , Ángel Fernández, con los 38 millones de pesetas exigidos por las autoridades de Gambia para la liberación de los dos marineros -que incluye ladel barco de pabellón senegalés y capital español cargado de gambas- hará posible que no se llegue a celebrar el juicio nunca y que los pescadores vuelvan a casa esta misma semana.En un principio, se esperaba que mañana miércoles iniciaran su regreso, pero la lentitud de la burocracia africana podría retrasar la vuelta a casa todavía algunos días más.

El juzgado en el que se celebra la vista es un edificio construido en la época de la colonia británica, con grandes ventanales de arcos y pintado de blanco, pero cubierto de una capa de polvo rojizo de varios dedos de espesor en todos sus salientes. Los medios son tan escasos que el propio juez debe escribir a mano el desarrollo de las vistas, sentado bajo un escudo de su país y entre los estrados elevados de acusados y testigos.

El salón principal sirve también de sala de espera, por lo que las vistas son constantemente interrumpidas por los gritos de las alguaciles llamando a los protagonistas de otros casos.

Antes de que empezaran a trabajar los juzgados en el día de ayer, el embajador español en Senegal y con representatividad en Gambia, José María Otero, se entrevistó brevemente con el juez en el desvencijado despacho del magistrado, al que informó sobre la atención con la que se sigue en España este proceso y "la celeridad con la que le gustaría que se solventara".

Eso sí, Otero (que interrumpió sus vacaciones en Santander para desplazarse a Banjul a petición expresa del ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, quien ayer mismo le llamó poco después del mediodía para ver cómo avanzaban los acontecimientos) asegura, con el gesto muy cansado y algo de sudor en su traje de lino beis, que utilizó la mano de seda para no ofender a la justicia gambiana y que llegaran a considerar su encuentro con el juez como una injerencia en los asuntos internos de su país. El propio magistrado aprovechó la visita del diplomático español para pedirle un visado, pues tiene la intención de hacer turismo en España.

Mientras, en Isla Cristina, sólo se espera que los marineros regresen cuanto antes. El naviero encargado de pagar la multa en Gambia recogió el dinero ayer mismo en Sevilla y a las tres de la tarde inició su viaje a Banjul. Estaba prevista su llegada a la capital de Gambia a las cinco de la madrugada de hoy.

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El armador Jerónimo de la Corte, otro de los dueños del Brizz III, hizo votos ayer porque la aventura de sus marineros toque a su fin, "aunque en estos días han pasado de todo y ya no se fían de nada".

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