Al borde de la oscuridad

Una rebelión en África Central ocupa los titulares de las noticias; después de todo, cada país en esa región tiene la suya. Pero la revuelta de los soldados banyamulenges (de etnia tutsi) en la República Democrática del Congo (antiguo Zaire) amenaza la estabilidad regional en un momento particularmente tenso. (...)

No hay consenso sobre la permanencia de Kabila en el poder. Aunque poco querido, Kabila no es activamente peligroso. El presidente angoleño, Dos Santos, le está agradecido por reprimir el lucrativo contrabando de Unita. París, cuya política africana es desordenada, es neutral...

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Una rebelión en África Central ocupa los titulares de las noticias; después de todo, cada país en esa región tiene la suya. Pero la revuelta de los soldados banyamulenges (de etnia tutsi) en la República Democrática del Congo (antiguo Zaire) amenaza la estabilidad regional en un momento particularmente tenso. (...)

No hay consenso sobre la permanencia de Kabila en el poder. Aunque poco querido, Kabila no es activamente peligroso. El presidente angoleño, Dos Santos, le está agradecido por reprimir el lucrativo contrabando de Unita. París, cuya política africana es desordenada, es neutral, lo mismo que Washington. (. ..) Sólo Ruanda y Uganda quieren activamente que se vaya, ya que su incompetencia amenaza sus esperanzas de gobiernos estables a lo largo de la zona. (...)

La carencia de honestidad y aptitudes le ha negado a Kabila amigos occidentales poderosos. Pero una cumbre regional en Harare mostró que países como Suráfrica, Zambia y Zimbabwe temen tanto una nueva guerra en el Congo, que están dispuestos a apoyarle políticamente. Eso sería un error. No es probable que Kabila venza a los hombres que le llevaron al poder. El ha hecho poco por merecer apoyo; dárselo sería simplemente prolongar la guerra civil y elevar el riesgo de contagio regional. Ellos harían más por la estabilidad de África Central persuadiéndole de que se retire.

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11 de agosto de 1998

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