VERANO 98EL MÉDICO EN CASA

Cuando la piel no respira surgen ampollas

No nos cansaremos de insistir que el sol debe tomarse con todas las precauciones... Francisco Camacho, del Servicio de Dermatología del Hospital Virgen Macarena pone especial énfasis cada vez que habla de los fotoprotectores, a los que acusa "de no tener muy claras las explicaciones para que, el consumidor, cuando los usa, sepa a qué atenerse". La misma crítica le hace a la legislación existente al respecto, de la que señala que "es confusa y poco rigurosa". Él, en cambio, sí tiene claro el tema de la protección solar: "siempre hay que ponerse un máximo de protección (un B-30, por ejemplo), y ...

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No nos cansaremos de insistir que el sol debe tomarse con todas las precauciones... Francisco Camacho, del Servicio de Dermatología del Hospital Virgen Macarena pone especial énfasis cada vez que habla de los fotoprotectores, a los que acusa "de no tener muy claras las explicaciones para que, el consumidor, cuando los usa, sepa a qué atenerse". La misma crítica le hace a la legislación existente al respecto, de la que señala que "es confusa y poco rigurosa". Él, en cambio, sí tiene claro el tema de la protección solar: "siempre hay que ponerse un máximo de protección (un B-30, por ejemplo), y procurar, además, que esta protección sea específica contra los rayos ultravioleta cancerígenos". Y, puestos a desmontar tópicos, hay que decir que la seda no protege nada contra el sol. Lo que hay que ponerse es un buen sombrero. El dermatólogo critica también la abundancia de cremas que existen para ponerse moreno que "Cocó Chanel y otros personajes" han puesto de moda. "La mayoría de ellas no sirven para nada; es más, yo diría que perjudican a la piel y la estropean". Además, la proliferación de esas pomadas, tónicos, lociones, cremas, etc., sobre la piel, lo que hacen es obstruir los poros y, al interrumpirse la transpiración, surgen las ampollas; y, si además se abusa de la exposición al sol, la situación puede agravarse, a veces con claras complicaciones patológicas. El herpes veraniego (en la boca, por ejemplo), que suele aparecer en estas fechas, no es más que una consecuencia de nuestros excesos. La exposición al sol sin control provoca la bajada de defensas y su consecuente aparición Durante la ovulación, tomar el sol, para las mujeres, es especialmente peligroso porque los estrógenos disminuyen. La consecuencia inmediata es que es más fácil quemarse. Algo parecido ocurre con aquellas que toman la píldora, que también son más propensas a sufrir quemaduras.

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