Schweppes quiere recuperar botellas de refresco hundidas en la costa de Cádiz en el siglo XIX El Centro de Arqueología Subacuática ya ha rescatado dos envases que datan de 1870

La firma de refrescos inglesa Schweppes ha mostrado interés por recuperar un número indeterminado de botellines de esta marca que permanecen hundidos en un lugar de la costa de Cádiz que se mantiene en secreto. La empresa está en contacto con el Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz (CAS), recientemente inaugurado, en cuyo patrimonio figuran dos envases de estas características. Se trata de botellas de cristal, parecidas a ampollas médicas, con la marca en relieve sobre el cristal y en el que figura la dirección Oxford Street, la calle de Londres donde probablemente se envasaban.

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La firma de refrescos inglesa Schweppes ha mostrado interés por recuperar un número indeterminado de botellines de esta marca que permanecen hundidos en un lugar de la costa de Cádiz que se mantiene en secreto. La empresa está en contacto con el Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz (CAS), recientemente inaugurado, en cuyo patrimonio figuran dos envases de estas características. Se trata de botellas de cristal, parecidas a ampollas médicas, con la marca en relieve sobre el cristal y en el que figura la dirección Oxford Street, la calle de Londres donde probablemente se envasaban.

El origen de las botellas que se exhiben en el Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz se basa aún más en hipótesis que en certezas. No obstante, la reconstrucción de la situación, realizada con datos que ha aportado la misma empresa, ha permitido conocer que las botellas viajaban a bordo de un barco de vapor que se dirigía desde Málaga hasta la Feria de Sevilla. El buque resultó hundido frente al litoral gaditano antes de embocar la entrada del Guadalquivir por Sanlúcar de Barrameda. Los datos de los archivos de Schweppes sugieren que ese tipo de envase fue utilizado por la marca entre 1860 y 1870. Otra posibilidad que apuntan los arqueólogos es que las bebidas se hubieran cargado en en vapor a su paso por Gibraltar, pues al parecer en aquella época no se comercializaba esta marca en territorio español. Buzo profesional Las dos botellas que se exhiben en las vitrinas del Centro de Arqueología Subacuática fueron entregadas por un buzo profesional, que las halló junto a los restos del vapor metálico hundido. El buzo -cuya identidad no ha sido revelada por el CAS- se reservó la procedencia exacta de las piezas con el objeto de evitar el conocimiento general del hallazgo. Este profesional del buceo ha expresado su convencimiento de que existen más envases de las mismas características hundidos junto al vapor, aunque en parte pueden estar enterradas y su localización sería más dificultosa. Una de las botellas ha sido limpiada y restaurada casi en su totalidad, mientras que la otra ha servido para aportar información a través de las inscripciones industriales. Las dos se encuentran en exhibición pública en la primera exposición del centro de Arqueología Subacuática, que nuestra otras piezas procedentes del litoral gaditano. Patrimonio arqueológico El equipo del centro, que tiene entre sus objetivos la conservación y la catalogación del patrimonio arqueológico hallado en las costas andaluzas, trabaja ahora en la investigación documental necesaria para establecer alguna acción de campo. La empresa de refrescos y el CAS retomarán las conversaciones el próximo mes de septiembre con la intención de llegar a acuerdos y a acciones concretas. Recientemente se ha conocido un informe de la Asociación Española de Rescate de Galeones que ha cifrado en cuatro billones de pesetas el valor de los tesoros hundidos en el litoral gaditano. Los estudiosos estiman que bajo esta agua está depositado al menso el 10% de los 4.000 millones de pesetas en oro y plata que acuñaron los españoles en las minas del Nuevo Mundo. En aquella época el puerto de Cádiz era el puerto de referencia para el comercio con América. A la llamada de los metales preciosos que, según los expertos, yacen semienterrados en el fondo marino gaditano han acudido ya los más afamados cazatesoros. El más conocido de estos buscadores de tesoros, el norteamericano Mel Fisher, -su museo exhibe lo que quedó del Nuestra Señora de Atocha-, ha hecho a través de la serie de vídeo Cádiz y el mar una oferta a las autoridades españolas para lanzarse a localizar los restos de los más de 700 galeones hundidos. A cambio, la empresa de Fisher, Slavors Treasure, se quedaría con el 80% de lo rescatado.

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