2.000 kilómetros en carreta

Una familia francesa tarda tres meses en recorrer el Camino de Santiago

Ninguna de las inclemencias climatológicas que han padecido a lo largo de los últimos meses les desanimaron para alcanzar su objetivo: llegar a Santiago de Compostela después de haber realizado 2.000 kilómetros en un carromato. "Ha sido una experiencia fantástica. Era importante para mi familia realizar un viaje como éste, porque a lo largo del recorrido se aprende mucho de las gentes y los pueblos que encuentras en el camino", afirma Michel. La familia Milliancourt partió el pasado 1 de abril de la localidad de Saint Clet, ubicada en Bretaña (Francia), hacia Santiago de Compostela con el prop...

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Ninguna de las inclemencias climatológicas que han padecido a lo largo de los últimos meses les desanimaron para alcanzar su objetivo: llegar a Santiago de Compostela después de haber realizado 2.000 kilómetros en un carromato. "Ha sido una experiencia fantástica. Era importante para mi familia realizar un viaje como éste, porque a lo largo del recorrido se aprende mucho de las gentes y los pueblos que encuentras en el camino", afirma Michel. La familia Milliancourt partió el pasado 1 de abril de la localidad de Saint Clet, ubicada en Bretaña (Francia), hacia Santiago de Compostela con el propósito de efectuar un viaje que no se les pudiese olvidar nunca. Los cuatro peregrinos, los padres Michel y Gueline, y las niñas Nikye y Astrée de 4 y 2 años, subidos en una carreta regresan con la compostela que certifica su viaje y el carné de peregrino repleto de sellos, después de haber atravesado Francia y España. Durante este fin de semana cruzan el País Vasco y no tienen previsto llegar a su casa hasta finales del mes de agosto, todavía les quedan más de 1.000 kilómetros para alcanzar su destino. "Era el momento de realizar el viaje porque estaba con un permiso de paternidad y la única manera de que las pequeñas pudiesen resistirlo era encontrar un medio de locomoción que fuese cómodo para ellas. Por eso se nos ocurrió utilizar una carreta como medio de transporte", explica Michel. Un toldo amarillo impermeable con el dibujo de una gran concha de Santiago cubre el carromato cuando cae una fina lluvia, en el momento en que ascienden el sinuoso puerto guipuzcoano de Descarga. Es la hora de parar a comer. Gueline desengancha el caballo y lo deja en un prado para que descanse. "No hemos visto ninguna carreta como la nuestra a lo largo del camino. La mayoría de los peregrinos realizan el camino a pie con el bordón o en bicicleta, e incluso a caballo, pero no en carromato", dice Michel. "Pese a lo duro que ha resultado, sobre todo cuando atravesamos los montes de León, es emocionante porque consigues entablar buenas amistades y conoces a gentes de todos los países. Te une a ellos saber que lo importante es el camino que vas recorriendo", añade Gueline. La familia Milliancourt atravesó Francia durante la primavera. "No fue demasiado duro, pero hemos pasado momentos malos, sobre todo, por las niñas cuando la lluvia arreciaba. Sin embargo, todo eso se olvida cuando dejas atrás Foncebadón y llegas a la Cruz de Ferro. Crees que la parte más difícil se ha recorrido ya", afirma la mujer recordando las empinadas cuestas entre León y Galicia. "La llegada a Santiago fue emocionante para todos", asegura Michel. "El año pasado yo realicé el camino de Santiago a pie y quería volver, pero con mi familia. Decidimos utilizar una carreta como medio de locomoción porque nos permitía a los adultos ir caminando y las niñas dentro del carruaje".

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