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Crítica:POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La noche de fiesta de los argelinos

No se puede hablar de él sin hacerlo de Argelia, su país, donde cantar es morir. A sus 38 años, Khaled no quiere tener que elegir entre la música y la vida. Hace 15 días que han asesinado a su amigo Lunes Matub, bardo de la región de Kabilia, trovador de los bereberes. La lista de artistas degollados o abatidos a tiros en aquellas tierras incluye a Rachid Baba, Cheb Hasni, Cheb Aziz... Los cantantes se han ganado casi por igual el desprecio del estado autoritario y el odio de los fanáticos integristas. Ya no se sabe quién mata ni por qué. Así que Khaled se queda viviendo en París. Por si acaso.

La fiesta

Khaled

Dcienda El Carmen Tomares (Sevilla). Teléfono 95 415 46 52 Empleos 12 Facturación Cinco millones en 1997 Producción Audiovisual Han conseguido sacar adelante un puñado de cortos a pesar de que la Junta no ha convocado ayudas en cinco años

Khaled (voz y teclado), Hafid Saïdi (batería), Maurice Zemour (bajo), Mohsein Chentouf (percusión), Pierre Chéréze (guitarra)

, Gilles Erhardt (teclados), Mark Slims (trombón), Djaffar Bensetti (trompeta) y Allen Hoist (saxo y cello).

Cuartel del Conde Duque

Madrid, 10 de julio.

¿Letras de canciones como munición política? Para el anatema basta que hablen, como las suyas, de la alegría de vivir. El amor entre hombres y mujeres o vasos de vino que se vacían: la fiesta. Canciones con las que puso a la gente a bailar, como la sensual Didi o la tierna Aïcha, que el público madrileño cantó con él en francés, y su primera concesión al país vecino, donde, de acuerdo a las encuestas, Khaled es más popular que cualquier otra personalidad del mundo árabe.

Vino con la potente banda con la que ha grabado su disco en directo Hafla. Hay argelinos, marroquíes, estadounidenses... Pinches necesarios para una música que Khaled está cocinando desde los setenta y que mezcla el rai tradicional con saxo y guitarra eléctrica; música norteafricana con funk, soul, reggae o salsa, y hasta cierto toque verbenero.

En realidad, Khaled es una estrella del nuevo pop universal. Sólo que parte de la industria no se da por enterada: quizá porque las músicas más auténticas vienen de la calle y nacen del sufrimiento.

Ketama

La participación de Ketama en algunos temas se desvaneció a última hora, según la versión oficial, ante la imposibilidad de ensayar: Khaled llegó con el tiempo justo. Los Carmona se acercaron de todos modos e improvisaron unos minutos con el argelino a modo de bienvenida. "Ya era hora de que estuviera aquí", dijo Antonio antes de fundirse con él en un fuerte abrazo.

La relación de Khaled con lo español viene desde su infancia en la bulliciosa y cosmopolita Orán. Cuando no se perdía ninguna de las películas de Joselito y soñaba con emularle. Al final, esbozó una especie de cante flamenco.

Y se rió con la frescura de un crío. Todavía conserva rasgos de aquel travieso adolescente que sólo quería ligar con chicas y conducir veloces automóviles.

Al escribir sobre Khaled conviene hacerlo sobre Argelia. Sus canciones nos recuerdan que algo estremecedor y espantoso está sucediendo a 300 kilómetros de Alicante. Para los argelinos, presentes en buen número en el concierto, su música suena también a esperanza.

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