Schröder proclama ahora en París su fe en el eje franco-alemán para revitalizar Europa
El candidato socialdemócrata (SPD) a la Cancillería alemana, Gerhard Schröder, proclamó ayer en París, donde se entrevistó con el primer ministro francés, el socialista Lionel Jospin, que el eje franco-alemán seguirá siendo muy importante para Europa y le otorgará una nueva vida, en el supuesto, implícito, de que él sea elegido para sustituir a Helmut Kohl en la Cancillería alemana.Las declaraciones de Schröder resultan doblemente oportunas, dado el enfriamiento actual de las relaciones franco-alemanas y los recelos que él mismo suscita entre los socialistas franceses. El candidato alemán no h...
El candidato socialdemócrata (SPD) a la Cancillería alemana, Gerhard Schröder, proclamó ayer en París, donde se entrevistó con el primer ministro francés, el socialista Lionel Jospin, que el eje franco-alemán seguirá siendo muy importante para Europa y le otorgará una nueva vida, en el supuesto, implícito, de que él sea elegido para sustituir a Helmut Kohl en la Cancillería alemana.Las declaraciones de Schröder resultan doblemente oportunas, dado el enfriamiento actual de las relaciones franco-alemanas y los recelos que él mismo suscita entre los socialistas franceses. El candidato alemán no ha ocultado nunca sus preferencias por los laboristas británicos y su mayor identificación con las posiciones de Tony Blair. Recientemente manifestó, incluso, su preferencia hacia un triángulo con Londres a un eje París-Bonn.
De ahí, precisamente, el creciente interés francés por conocer al hombre al que los sondeos atribuyen la victoria en las elecciones alemanas que deben celebrarse dentro de tres meses.
Ayer, tras su entrevista con Jospin, el socialdemócrata alemán se mostró prudente sobre sus posibilidades electorales. "No hay que subestimar a un hombre como Helmut, aunque parecen darse todas las condiciones para que podamos ganar", subrayó, antes de añadir que el problema del paro "pesará más en el electorado alemán que la propia cuestión europea".
En línea con sus postulados, Schröder se desmarcó abiertamente de la regulación francesa por ley de la semana laboral de las 35 horas.