EL JUICIO DEL 'CASO MAREY'

Garzón y Vera no se llevaban bien, según ex altos cargos policiales

Dos antiguos directores generales - uno de la Policía y otro de la Guardia Civil- testificaron ayer en el juicio del caso Marey, aunque lo hicieron prácticamente como teloneros del principal testigo de la jornada: el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos. La sesión se completó con otros dos ex altos cargos: el ex inspector general del Cuerpo de Policía Nacional Félix Alcalá-Galiano y el ex subdirector operativo de la Policía Agustín Linares.José Luis Aramburu Topete, de 79 años, "militar" de profesión y director de la Guardia Civil hasta octubre de 1983, recordó que ese fue "un año fuerte en...

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Dos antiguos directores generales - uno de la Policía y otro de la Guardia Civil- testificaron ayer en el juicio del caso Marey, aunque lo hicieron prácticamente como teloneros del principal testigo de la jornada: el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos. La sesión se completó con otros dos ex altos cargos: el ex inspector general del Cuerpo de Policía Nacional Félix Alcalá-Galiano y el ex subdirector operativo de la Policía Agustín Linares.José Luis Aramburu Topete, de 79 años, "militar" de profesión y director de la Guardia Civil hasta octubre de 1983, recordó que ese fue "un año fuerte en el terrorismo" y que hubo "ruido de sables" y "voces que pedían la intervención del Ejército en el País Vasco". Dijo que se enteró del asunto de los GAL "años después" de dejar el cargo.

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El general Alcalá-Galiano manifestó por su parte que él "no podía ejercer el uso táctico de los GEO" y que se enteró a posteriori de que tres de sus agentes habían sido detenidos en Francia [cuando en 1983 intentaron secuestrar al etarra José María Larretxea]. "A mí no me consultaron nada", añadió.

Conde-Duque, director de la Policía entre julio de 1991 y junio de 1994, respondió a preguntas de Manuel Cobo del Rosal, abogado de Rafael Vera diciendo que éste no se llevaba bien con Luis Roldán, director de la Guardia Civil, ni con el juez Baltasar Garzón. Sobre todo, según dijo, cuando este último "entró en la política" y quería mando directo en las fuerzas de seguridad.

El comisario Linares, subdirector de la Policía entre enero de 1987 y junio de 1994, se limitó a remachar que entre Vera y Garzón había "un claro y poco disimulado enfrentamiento", sobre todo tras el nombramiento del juez como delegado del Plan Nacional sobre Drogas.

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