Tribuna

El regate

El diálogo de sordos o regate permanente volvió ayer a ser el protagonista en la sala de juicio oral. Es una maratón. Se trata de resistir. Lo que aparece como diálogo de sordos es, en realidad, una táctica de carácter penal.El meollo de cada pregunta comprometida recibe el bombardeo de miles de explicaciones simultáneas, la cita de decenas de documentos y situaciones diversas. Responder se transforma en una cuestión de principio.

Por ello, ayer, cuando el fiscal Sánchez Junco señaló que tomaba las largas y prolíficas respuestas de Rafael Pérez Escolar como una negativa a responder, el ...

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El diálogo de sordos o regate permanente volvió ayer a ser el protagonista en la sala de juicio oral. Es una maratón. Se trata de resistir. Lo que aparece como diálogo de sordos es, en realidad, una táctica de carácter penal.El meollo de cada pregunta comprometida recibe el bombardeo de miles de explicaciones simultáneas, la cita de decenas de documentos y situaciones diversas. Responder se transforma en una cuestión de principio.

Por ello, ayer, cuando el fiscal Sánchez Junco señaló que tomaba las largas y prolíficas respuestas de Rafael Pérez Escolar como una negativa a responder, el acusado pidió que le respetase el contenido de sus respuestas.

En el fondo, el fiscal pregunta "simplemente", como suele decir, por cosas que tienen respuesta imposible. ¿Cómo contestar "simplemente" al hecho de que las sociedades familiares de Pérez Escolar pagaran 10.000 pesetas por aquello que la Corporación pagaría, mes y medio después, a 300.000 pesetas?

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El argumento de Pérez Escolar es que se da cuenta de esta operación como una venta y nada más. En cambio, señala, él no vendió y las sociedades de su familia aportaron después 503 millones al proyecto de Oil Dor.

Pero el hecho es que los beneficios de 638 millones de pesetas existieron. Esto es lo que está en discusión. Tampoco la descripción de los cuantiosos apoyos de Banesto y de la Corporación Banesto como "normales" parece aceptable.

Pérez Escolar cambia de táctica. Ya no fustiga a Francisco González, actualmente presidente de Argentaria. Se escuda en él.

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