Aulas

Escritores de otra galaxia

Detrás del profesor de Patología Vegetal, se esconde un adulto que maquina sobresaltos alienígenas. Incluso cuando parece pensar en las musarañas está tramando argumentos de otra dimensión. En realidad, Eduardo Gallego (Cartagena, Murcia, 1962) no oculta su activa militancia como agente de la estratosfera literaria, donde se desenvuelve la fantasía y la ciencia-ficción. Gallego, biólogo y profesor titular de la Universidad de Almería, pasó de adorar a Julio Verne cuando era un mocoso a incluirse entre los devotos de Isaac Asimov, uno de sus autores fetiche junto a Jack Vance y Joe Haldeman. Su...

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Detrás del profesor de Patología Vegetal, se esconde un adulto que maquina sobresaltos alienígenas. Incluso cuando parece pensar en las musarañas está tramando argumentos de otra dimensión. En realidad, Eduardo Gallego (Cartagena, Murcia, 1962) no oculta su activa militancia como agente de la estratosfera literaria, donde se desenvuelve la fantasía y la ciencia-ficción. Gallego, biólogo y profesor titular de la Universidad de Almería, pasó de adorar a Julio Verne cuando era un mocoso a incluirse entre los devotos de Isaac Asimov, uno de sus autores fetiche junto a Jack Vance y Joe Haldeman. Su fervor por la fantasía va más allá de la voracidad receptora. Lleva la militancia al campo creativo, como autor de literatura del género, y al asociativo, como presidente de la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción. Ambas tareas requieren una entrega generosa ante el desdén que aún envuelve el género: "Hay una tendencia a considerar la ciencia-ficción como un género para críos. Nosotros, desde nuestra humildad, intentamos luchar contra eso". Eduardo Gallego escribe al alimón con Guillem Sánchez, otro militante del género que reside en Mataró (Barcelona), al que conoció gracias a Nueva Dimensión, una revista mítica y extinta del circuito. Hablaron, diseñaron un escenario para sus obras y acordaron firmar a medias. El método es simple: discuten argumentos, uno escribe y otro corrige. La colaboración de ambos ha resultado prolífica y poco problemática: "Aunque cada uno tiene su estilo, la labor correctora y de discusión previa acaba logrando cierta uniformidad". A su currículo, que ya cuenta con algunos prestigiosos premios, han agregado uno más: el Alberto Magno, que concede la Universidad del País Vasco. El medio millón de pesetas del concurso lo convierte en el mejor dotado de los dedicados a los relatos de ciencia ficción. Me pareció ver un lindo gatito, la obra de Guillem Sánchez y Eduardo Gallego, galardonada en la última edición, narra con guiños humorísticos las peripecias de un ordenador semidestrozado que debe destruir, con la ayuda de un gato, la nave capturada por unos invasores alienígenas, que se han deshecho de la tripulación. El género de ficción tiene en España nombres ilustres. Clarín, Ramón y Cajal y Unamuno hicieron incursiones en esta literatura. Más información fantástica en Internet: http://www.ualm.es/~egallego/aefcf.htm.

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