Reportaje:

Unas clases muy particulares

Las denuncias se hacen en voz baja y en un tono que revela indignación e impotencia. Los que se atreven a hablar no quieren revelar su nombre: ni profesores, ni alumnos ni siquiera ex alumnos. Pero todos ellos consideran impresentable lo que pasa desde hace décadas en determinados conservatorios superiores de música: algunos profesores dan clases particulares a sus propios alumnos oficiales a unas 20.000 pesetas la hora. Los estudiantes confirman que es cierto, pero no quieren denunciarlo. Tienen miedo a que les suspendan o aislen. "Y porque así es como funcionan las cosas", añaden. Desde ...

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Las denuncias se hacen en voz baja y en un tono que revela indignación e impotencia. Los que se atreven a hablar no quieren revelar su nombre: ni profesores, ni alumnos ni siquiera ex alumnos. Pero todos ellos consideran impresentable lo que pasa desde hace décadas en determinados conservatorios superiores de música: algunos profesores dan clases particulares a sus propios alumnos oficiales a unas 20.000 pesetas la hora. Los estudiantes confirman que es cierto, pero no quieren denunciarlo. Tienen miedo a que les suspendan o aislen. "Y porque así es como funcionan las cosas", añaden. Desde dentro del conservatorio superior de Madrid un profesor describe la situación: "No es sólo que haya docentes que estén cobrando clases particulares a sus alumnos. Es que sabemos que las están dando en el mismo edificio del conservatorio". Miguel del Barco, director del centro, reconoce que profesores y alumnos se han quejado en ocasiones de este tipo de prácticas: "Pero nadie ha querido presentar una denuncia por escrito, y sin pruebas no se puede asegurar nada. Si las tuviera, no tardaría ni cinco minutos en tomar las medidas precisas".

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También son conocidas otras prácticas de dudosa moralidad: las comisiones que se lleva algún profesor por que sus alumnos compren instrumentos de determinadas casas o las presiones a las que son sometidos los profesores que hablan abiertamente de la necesidad de reformar el grado superior. "El problema", dice uno de los ex alumnos, "es que, cuando se habla de replantear los estudios, los profesores se lo toman como un ataque personal. Y no es eso. Los que estudian fuera de España ven claro que hay que actualizarlos".

Lo cierto es que está paralizada la reforma del grado superior, de donde deben salir profesionales y docentes. Y la actitud general de buena parte del profesorado se resume en el comentario de un catedrático: "Mira, cuanto más tarde, mejor".

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