EL PRIMERO DE MAYO

Los sindicatos exigen la reducción de la jornada laboral a 35 horas pero vuelven a marchar divididos

La reivindicación de la semana laboral de 35 horas, el rechazo a las horas extraordinarias, a la reforma fiscal del Gobierno del PP y a las empresas de contratación temporal centraron ayer el 1 de mayo en el País Vasco, comunidad en la que volvió a repetirse la profunda división que enfrenta a UGT y CCOO con ELA y LAB. Los líderes de las centrales de ámbito estatal, apoyados por miles de personas bajo un constante aguacero, criticaron el "frentismo" de los sindicatos nacionalistas como una "agresión" a los intereses de los trabajadores. Sus rivales sindicales, secundados por un número sensible...

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La reivindicación de la semana laboral de 35 horas, el rechazo a las horas extraordinarias, a la reforma fiscal del Gobierno del PP y a las empresas de contratación temporal centraron ayer el 1 de mayo en el País Vasco, comunidad en la que volvió a repetirse la profunda división que enfrenta a UGT y CCOO con ELA y LAB. Los líderes de las centrales de ámbito estatal, apoyados por miles de personas bajo un constante aguacero, criticaron el "frentismo" de los sindicatos nacionalistas como una "agresión" a los intereses de los trabajadores. Sus rivales sindicales, secundados por un número sensiblemente superior de manifestantes, arremetieron contra UGT y CCOO por apoyar la reforma laboral firmada hace un año.

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En el diagnóstico de por qué Euskadi sufre uno de los niveles de desempleo más altos de Europa, están de acuerdo. Los cuatro sindicatos hicieron de la reivindicación de las 35 horas de jornada semanal el eje de la manifestación del 1 de mayo en el que miles de personas desfilaron por Bilbao en dos marchas distintas. Coincidieron también en la "avaricia" de la clase empresarial, que pretende "quedarse con todo el botín" de la mejoría que registra la economía. Todas las centrales exigieron la eliminación de las horas extraordinarias y reclamaron una lucha frontal contra la precariedad laboral y la siniestralidad en el trabajo. En la manifestación de UGT y CCOO se escucharon lemas contra el Gobierno del Partido Popular: "Aznar anota, el empleo no se nota". Y advertencias a la patronal vasca. "Pido a Confebask", dijo el secretario general de la UGT vasca, Carlos Trevilla, "que sea inteligente y solidaria. La solidaridad crea cohesión y la cohesión ayuda a la competitividad. Si la patronal sigue donde está, tendrá una respuesta contundente". Santiago Bengoa, secretario general de CC OO de Euskadi, no olvidó al PNV y a Convergència i Unió, a los que describió como cómplices de la reducción de gastos sociales y de la aplicación del medicamentazo elaborado por el Ejecutivo del PP. "Rostro cruel" En la marcha de ELA, la central mayoritaria en Euskadi, y de LAB -que celebraron un único acto en la capital vizcaína junto a Ehne, STEE-EILAS, Hiru y la Izquierda Sindical- tampoco faltaron ataques contra los empresarios, calificados como el "rostro más cruel de un capitalismo que está batiendo récords de beneficios". Gritaban los manifestantes: "El paro es terrorismo patronal" y "Si no hay trabajo, un salario, qué carajo". El secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, denunció que los empresarios "se forran a cuenta del desempleo" y les advirtió que "tienen que empezar a preocuparse. Les tenemos que dar razones para que se preocupen". Pero el acuerdo en todos estos aspectos entre los cuatro sindicatos parece imposible cuando se trata de defender sus propuestas ante la patronal y los gobiernos central y vasco. El día en que arrancó la cumbre de la moneda única europea no faltaron las alusiones de CCOO y UGT a una Unión Europea (UE) diferente a la que diseñan en Bruselas los líderes de la UE. "Ojalá fuera el día del euroempleo y no del europaro", clamó Trevilla. "Hay que europeizar las políticas de empleo y no su nacionalización. Poner lo propio y lo nacional delante de lo social es como poner el carro delante de los bueyes. Es debilitarnos", aseguró Trevilla. Bengoa coincidió: "El frentismo de ELA y LAB es una clara agresión a los intereses de los trabajadores, o al menos no una defensa adecuada de sus intereses". Justo lo que reafirmaron ayer los dirigentes de ELA y LAB -que no hicieron alusión alguna a la cuestión europea- respecto a los sindicatos encabezados por Bengoa y Trevilla. "Cuando en el Estado español hay un desierto reivindicativo, cuando UGT y CCOO son eje y lacayos de este sistema político, económico y social, hemos demostrado claramente que Euskal Herria es una nación y que el sindicalismo en Euskal Herria ha renovado su apuesta en favor de los trabajadores", afirmó Díez Usabiaga. "No es casual que no estén aquí quienes apoyan la reforma laboral", señaló José Elorrieta, secretario general de ELA. Ambos sindicatos insistieron en reforzar el marco vasco de relaciones laborales. Las dos manifestaciones concluyeron en El Arenal bilbaíno a toda prisa. Caía agua a raudales. En la de UGT y CCOO se escuchó una Internacional y un Eusko Gudariak a cual más breve. En las demás capitales vascas y en Pamplona UGT, CCOO y otros sindicatos minoritarios también celebraron el 1 de mayo. Cerca de un millar de simpatizantes de las centrales de ámbito estatal recorrieron las calles de Vitoria con consignas casi idénticas a las de Bilbao. Un millar de personas respondió en San Sebastián a la convocatoria realizada por CCOO y UGT y en la que participaron dirigentes de ambos sindicatos. Entre ellos estaban el secretario general del PSE de Guipúzcoa, Manuel Huertas, y el coordinador general de IU en este territorio, Antton Karrera. También en Bilbao estaban los máximos dirigentes vascos del PSE y de IU, Nicolás Redondo Terreros y Javier Madrazo, respectivamente. En San Sebastián, la marcha se abrió con una pancarta en la que se podía leer "Más empleo estable y con derechos" y recorrió las principales calles. Los manifestantes también corearon consignas contra las privatizaciones. Lo mismo sucedió en Navarra. UGT reivindicó las 35 horas en Sangüesa al tiempo que Comisiones lo hacía en Pamplona.

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