EE UU no limitará la ayuda militar a los nuevos miembros de la OTAN

Estados Unidos no pondrá límites a su ayuda militar y económica a los tres nuevos miembros europeos de la OTAN, según ha decidido el Senado. En el enésimo episodio de un debate sobre la expansión de la OTAN que se prolonga desde hace semanas en el Capitolio, el senador demócrata Tom Harkin propuso estrictos límites a la ayuda norteamericana a la incorporación de Hungría, Polonia y la República Checa. Pero la propuesta obtuvo 76 votos en contra frente a 24 a favor.

El debate suscita nulo interés en la opinión pública norteamericana, pero es decisivo para el futuro de OTAN. Para materiali...

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Estados Unidos no pondrá límites a su ayuda militar y económica a los tres nuevos miembros europeos de la OTAN, según ha decidido el Senado. En el enésimo episodio de un debate sobre la expansión de la OTAN que se prolonga desde hace semanas en el Capitolio, el senador demócrata Tom Harkin propuso estrictos límites a la ayuda norteamericana a la incorporación de Hungría, Polonia y la República Checa. Pero la propuesta obtuvo 76 votos en contra frente a 24 a favor.

El debate suscita nulo interés en la opinión pública norteamericana, pero es decisivo para el futuro de OTAN. Para materializarse, la expansión de la Alianza Atlántica decidida el pasado año en la cumbre de Madrid necesita la aprobación de dos tercios del Senado de EE UU. Antes de pasar a la votación final, los senadores están considerando un gran número de asuntos: desde el temor a estimular el nacionalismo ruso al coste para Estados Unidos de la ampliación, pasando por la apertura de los archivos de los tres países candidatos a los investigadores norteamericanos deseosos de conocer qué fue de los militares y espías desaparecidos en la guerra fría.

El asunto del coste de la expansión para los países candidatos y los ya miembros es el más confuso. En el Senado se manejan cifras que van desde los 1.500 millones de dólares (más de 230.000 millones de pesetas) en una década a los 125.000 millones de dólares. Lo único que parece seguro es que EE UU tendrá que correr con el 25% o más de esa cifra. A senadores como Tom Harkin les parece una barbaridad que los contribuyentes norteamericanos tengan que hacer ese desembolso, pero muchos de sus colegas, estimulados por el lobby armamentístico, insisten en que la ampliación terminará siendo un gran negocio para las industrias militares de Estados Unidos.

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