Los Reyes ponen fin a la 'leyenda negra' de Las Hurdes con su visita

Don Juan Carlos y doña Sofía iniciaron ayer una visita de dos días a Las Hurdes dominada por la idea de poner fin a la leyenda negra que pesa sobre esta región extremeña, considerada tradicionalmente como sinónimo de pobreza y subdesarrollo. Centenares de hurdanos aguantaron a pie firme la incesante lluvia y vitorearon a los Reyes en Pinofranqueado, Caminomorisco y Casar de Palomero, donde Alfonso XIII durmió en su viaje de 1922.

En su discurso de llegada, en la plaza de Pinofranqueado dedicada a la reina Victoria, don Juan Carlos reafirmó el principio constitucional que garantiza la au...

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Don Juan Carlos y doña Sofía iniciaron ayer una visita de dos días a Las Hurdes dominada por la idea de poner fin a la leyenda negra que pesa sobre esta región extremeña, considerada tradicionalmente como sinónimo de pobreza y subdesarrollo. Centenares de hurdanos aguantaron a pie firme la incesante lluvia y vitorearon a los Reyes en Pinofranqueado, Caminomorisco y Casar de Palomero, donde Alfonso XIII durmió en su viaje de 1922.

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En su discurso de llegada, en la plaza de Pinofranqueado dedicada a la reina Victoria, don Juan Carlos reafirmó el principio constitucional que garantiza la autonomía de Extremadura y la realidad institucional del gobierno de su Junta. El Rey, dirigiéndose a los habitantes de la comarca, señaló: "La Corona comparte el compromiso de alentar y apoyar las acciones necesarias para que esta comarca siga siendo un punto de referencia para todos los españoles al haber sabido encontrar la vía que os hace dueños de vuestro propio destino".Sobre este viaje a Las Hurdes flota de forma inevitable el recuerdo del realizado por el abuelo paterno de don Juan Carlos, el rey Alfonso XIII, hace 76 años, una referencia obligada en cada paso, Los representantes municipales hurdanos que tomaron la palabra y el propio presidente de la comunidad, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, insistieron en la idea de que no existen paralelismos ni comparaciones posibles entre Las Hurdes que conoció Alfonso XIII y que inmortalizó Luis Buñuel en el documental Tierra sin pan y la actual.

Jóvenes a la moda

En Las Hurdes que visitan los Reyes no se aprecia, en efecto, ni rastro de las crudas imágenes del cineasta ni de los enfermos crónicos de bocio que tanto preocuparon al doctor Gregorio Marañón, acompañante entonces, junto a otros intelectuales, de Alfonso XIII. Se ven, en cambio, jóvenes con la moda uniforme y funcional de una gran ciudad y edificios de arquitectura impersonal, bloques cuadrados plantados en medio del paisaje.La fuerte lluvia no disuadió a los centenares de hurdanos que esperaban la llegada de los Reyes y vitoreaban de forma especial a la Reina con gritos de "Sofía, Sofía", piropos como "guapa" y rimas como "reina Sofía, más guapa cada día". Pululaban también por la plaza de Pinofranqueado buen número de sacerdotes con sotanas y un cierto aire preconciliar.

Rodríguez Ibarra pidió a los Reyes que vengan de nuevo a Extremadura "porque cada vez que vienen llueve y eso es importante para nuestra región". Se refirió el presidente a las "6.400 almas que van a contemplar y seguir este viaje". "Estoy seguro de que van a pedir que quienes vienen de fuera no nos miren con los ojos de 1922. Aquello pasó, cambiaron Las Hurdes y hemos cambiado los españoles". También dijo Ibarra que los Reyes "vienen a dar carpetazo a esa película y ese libro que se escribieron con aquella visita". Se refería, por supuesto, al viaje de Alfonso XIII, a la película de Buñuel y al informe de Marañón sobre la comarca.

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Los Reyes, en Casar de Palomero, visitaron la casa y la habitación donde pernoctó Alfonso XIII. La familia propietaria de la misma ha conservado esta última tal y como la dejó el Rey hace 76 años, con las sábanas bordadas y la jofaina. Rosario Terrón, una anciana de 85 años, tenía nueve cuando Alfonso XIII durmió en su casa, en la de su padre, Acacio Terrón, y ayer recordaba con emoción: "El Rey llegó a caballo, en mangas de camisa, y me dio un beso".

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