La Luna tiene millones de toneladas de agua

La 'Lunar Prospector' descubre en los dos polos charcos helados procedentes del impacto de cometas

Agua en forma de hielo se almacena en cráteres diseminados en los dos polos de la Luna, anunció ayer la NASA, sobre la base de datos enviados en las últimas semanas por la nave Lunar Prospector, que está en órbita polar de nuestro satélite a 100 kilómetros de altura desde el pasado mes de enero. La búsqueda de agua era el principal objetivo de la pequeña sonda automática, enviada a la Luna hace dos meses para, en primer lugar, intentar confirmar los indicios de agua detectados hace cuatro años por la nave Clementine, también estadounidense. En el caso del polo sur, el hielo disperso podría lle...

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Agua en forma de hielo se almacena en cráteres diseminados en los dos polos de la Luna, anunció ayer la NASA, sobre la base de datos enviados en las últimas semanas por la nave Lunar Prospector, que está en órbita polar de nuestro satélite a 100 kilómetros de altura desde el pasado mes de enero. La búsqueda de agua era el principal objetivo de la pequeña sonda automática, enviada a la Luna hace dos meses para, en primer lugar, intentar confirmar los indicios de agua detectados hace cuatro años por la nave Clementine, también estadounidense. En el caso del polo sur, el hielo disperso podría llenar un lago cuadrado de 2,4 de lado y 11 metros de profundidad, equivalente en superficie a tres veces el de Sanabria (Zamora).

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"Hemos encontrado agua. Tenemos los primeros, resultados incuestionables que indican cantidades significativas de agua en ambos polos lunares", anunció ayer Alan Binder, investigador principal de la misión Lunar Prospector.Desde California, los científicos del Ames Research Centre de la NASA y de otros centros de investigación aseguraron que el agua encontrada, aunque no mucha, permitirá fabricar combustible para abaratar misiones a otros planetas y hacer más fácil la colonización del satélite. Sin embargo, el hecho de que se encuentre dispersa en depósitos incrustados en la superficie dificultaría su explotación.

La nave ha hecho las mediciones determinantes para este des cubrimiento con un espectrómetro, un sensor para medir la presencia de hidrógeno, pero no lleva una cámara para tomar imágenes.

Los datos clave se recibieron hace una semana, explicaron los responsables de la misión, muy satisfechos por lo bien que funcionan los experimentos de la Lunar Prospector. "Aunque la señal es débil, los datos son consistentes con la presencia de agua helada en muy bajas concentraciones en un número significativo de cráteres", comentó ayer William Feldman, del Laboratorio Nacional Los Álamos y responsable del instrumento científico utilizado para buscar rastros de agua. Este agua procedería, según la hipótesis más aceptada por los científicos, del impacto contra el satélite de cometas y meteoritos a lo largo de miles de millones de años.

"Las cifras concretas sobre la cantidad de agua en la Luna tendrán que esperar a que analicemos mejor los datos espectroscópicos", señaló Binder. "La cantidad oscilaría entre 10 millones de toneladas y unos cuantos centenares de millones de toneladas". Binder dijo que no es mucha agua, pero sí una cantidad significativa. El agua estaría cristalizada y constituiría aproximadamente un 1 % de cada metro cúbico del suelo de los cráteres en que se encuentra.

Combustible

Cien millones de toneladas sólo en el polo sur equivaldrían a un lago cuadrado de 2,4 kilómetros de lago y 11 metros de profundidad. La superficie es equivalente a tres veces la del lago de Sanabria (Zamora). "Las implicaciones son tremendas", aseguró Binder, porque el agua está formada por oxígeno e hidrógeno y éste es el combustible, recordó, de los motores principales del transbordador espacial. "Podemos ir a la Luna y desde allí a Marte y otros planetas", señaló. "El agua es un gran recurso para abrir nuevos espacios habitables fuera de la Tierra", añadió este científico.La Luna sería así como una gasolinera espacial. Además, se podría producir a partir del agua el oxígeno que necesitarán los futuros astronautas y colonizad res para respirar en el satélite natural de la Tierra, que no tiene apenas atmósfera y está situado a 380.000 kilómetros de distancia.

Binder explicó que extraer el agua del suelo lunar sería relativamente fácil, "la destilas y la recoges", pero la mayor dificultad sería diseñar maquinaria que funcionase en las extremadamente bajas temperaturas del fondo de los cráteres polares.

Hace unas semanas corrieron rumores en el mundo científico sobre el hallazgo de agua en la Luna, que se vieron reflejados a mediados de febrero en el diario Houston Chronicle. Entonces los investigadores no quisieron confirmarlo. Binder, concretamente, dijo a la CNN: "Estamos siendo muy cautelosos. No queremos hacer un anuncio público prematuro y luego tener que retractarnos unas semanas más tarde", comentó este científico del Instituto de Investigación Lunar de Gilroy.

La NASA ha hecho en los últimos años algunos anuncios sensacionales que luego no han sido confirmados, como el de los indicios de vida en un meteorito procedente de Marte.

Para hallar el rastro del agua, los investigadores iban orientados en esta misión hacia el polo sur lunar, hacia la cuenca de Aitken, un enorme cráter producto del impacto de un meteorito hace unos 2.000 millones de años. La Luna tiene una antigüedad similar a la de la Tierra, 4.500 millones de años, pero no está claro su origen. Aitken tiene un diámetro de unos 2.500 kilómetros de diámetro y 13 de profundidad máxima.

Esa gran hendidura en la zona del polo sur lunar es el mayor cráter de impacto del sistema solar y está salpicada de muchos pequeños cráteres que nunca han estado expuestos a la luz del Sol, por lo que son como trampas frías en las que las temperaturas no superan los 173 grados centígrados bajo cero. El hielo estaría atrapado en esos cráteres inalterado desde hace miles de millones de años.

El instrumento utilizado para detectar el hielo es un espectrómetro de neutrones diseñado específicamente para identificar concentraciones de hidrógeno inconfundiblemente asociadas al hielo.

La misión de Lunar Prospector, que se inició el pasado 7 de enero, debe durar un año como mínimo, durante el cual, con los cinco instrumentos científicos que lleva a bordo, está tomando datos para hacer mapas globales de la Luna (sólo se conocen bien hasta ahora las regiones ecuatoriales, mientras que de unas tres cuartas partes de su superficie se tiene información muy incompleta).

Además, la sonda lleva otro espectrómetro, de rayos gamma, para identificar la composición de la corteza lunar y equipos para caracterizar la gravedad y los campos magnéticos del satélite natural de la Tierra. Ayer, los científicos anunciaron también que la Lunar Prospector ha hecho el primer mapa completo del campo gravitatorio en la Luna.

Cuando se complete esta primera fase de la misión está previsto enviar órdenes a la nave para bajar su órbita hasta sólo 10 kilómetros de altura y concentrarse en los lugares identificados previamente como más interesantes; luego, cuando se quede sin combustible para maniobrar, la nave acabará estrellándose contra el suelo.

Misión barata

La misión, desarrollada y puesta a punto bajo el lema en boga de la NASA para las misiones científicas Mejor, más barato, más rápido, cuesta 63 millones de dólares (unos 9.500 millones de pesetas), una pequeñísima cantidad en comparación con las caras misiones de exploración interplanetaria que antes emprendía la agencia espacial estadounidense. El artefacto, construido por la empresa Lockheed Martin, es un cilindro de 1,4 metros de diámetro y 1,22 metros de altura, sin tener en cuenta paneles o antenas, y pesa 295 kilos.Lunar Prospector es la primera misión de la NASA a la Luna desde 1972, cuando abandonó el programa Apolo que, en cuatro años, llevó a 12 hombres a pisar su superficie.

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