Londres recomienda importar plasma para evitar el contagio de las 'vacas locas'

Las autoridades sanitarias británicas recomendaron ayer a la industria farmacéutica la importación de plasma sanguíneo para la elaboración de sus productos con el fin de proteger a los pacientes del "riesgo hipotético" de contraer una nueva variante de la versión humana de la enfermedad de las vacas locas. El ministro británico de Sanidad, Frank Dobson subrayó que sólo se trata de una medida de "pura precaución" ya que no existe, por el momento, ninguna prueba de que la Enfermedad Espongiforme Bovina (EEB) pueda ser transmitida por la sangre o sus derivados.

Todo ello ha coin...

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Las autoridades sanitarias británicas recomendaron ayer a la industria farmacéutica la importación de plasma sanguíneo para la elaboración de sus productos con el fin de proteger a los pacientes del "riesgo hipotético" de contraer una nueva variante de la versión humana de la enfermedad de las vacas locas. El ministro británico de Sanidad, Frank Dobson subrayó que sólo se trata de una medida de "pura precaución" ya que no existe, por el momento, ninguna prueba de que la Enfermedad Espongiforme Bovina (EEB) pueda ser transmitida por la sangre o sus derivados.

Todo ello ha coincidido con anuncio de que la Comisión Europea está estudiando prohibir las exportaciones de productos elaborados con sangre británica en el marco de las medidas adoptadas para luchar contra la enfermedad de las vacas locas. El Comité de Productos Médicos de la Comisión Europea tiene previsto pronunciarse hoy sobre la necesidad o no de recomendar la prohibición de estos productos.

Además de solicitar el uso de plasma importado, el ministro británico recomendó la suspensión del uso de 33 productos farmacéuticos fabricados en el Reino Unido a base de derivados de la sangre hasta que "sean sometidos a un estudio" con el fin de garantizar su inocuidad.

El ministro señaló que la medida preventiva afecta, entre otros, a las inmunoglobulinas utilizadas en el tratamiento del tétano y la albúmina, una parte del plasma utilizado en el tratamiento de la rabia y quemaduras. "Si existe un pequeño riesgo hipotético y existen fuentes alternativas viables seguras para esos productos, entonces tiene sentido utilizarlas", añadió Dobson al subrayar que ello no significa que la sangre británica y sus derivados no sean seguros.

El pasado noviembre, el ministerio de Sanidad británico hizo la misma recomendación para tres productos médicos tras haber comprobado que habían sido elaborados con sangre de un donante que había muerto como consecuencia de la EEB.

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