Amsterdam abre centros para el consumo de drogas duras

Dentro de unas semanas, los adictos a las drogas duras de Amsterdam tendrán un lugar para inyectarse o fumar. El Ayuntamiento va a habilitar tres centros donde podrán acudir los dependientes sin hogar a consumir bajo el estricto control de los asistentes sociales.Según explicó el concejal J. van der Giessen, el proyecto tiene como principal objetivo minimizar los problemas que causa al resto de la sociedad el consumo de drogas en las calles.

En las narcosalas de estar, como prefiere llamarlas el Ayuntamiento, se ofrecerá café y té gratuitamente y se instalarán servicios y baños donde lo...

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Dentro de unas semanas, los adictos a las drogas duras de Amsterdam tendrán un lugar para inyectarse o fumar. El Ayuntamiento va a habilitar tres centros donde podrán acudir los dependientes sin hogar a consumir bajo el estricto control de los asistentes sociales.Según explicó el concejal J. van der Giessen, el proyecto tiene como principal objetivo minimizar los problemas que causa al resto de la sociedad el consumo de drogas en las calles.

En las narcosalas de estar, como prefiere llamarlas el Ayuntamiento, se ofrecerá café y té gratuitamente y se instalarán servicios y baños donde los participantes podrán ducharse o asearse. Las autoridades locales no pretenden redimir a nadie. "Los asistentes sociales no intentarán de ninguna manera convencer a los adictos para que abandonen la droga o participen en programas de desintoxicación", ha señalado Van der Giessen, que recalcó que si el drogadicto lo pide, habrá gente especializada para facilitarle todo tipo de información al respecto.

El experimento se realizará en esta primera fase a primera escala. Tan solo una quincena de adictos sin techo, que serán seleccionados por la policía y los servicios de ayuda a la drogadicción del Ayuntamiento, podrán acudir entre las diez de la mañana y las ocho de la noche a los centros. Los asistentes sociales realizarán un cuidadoso control a la entrada para asegurarse que no hacen uso de las instalaciones adictos no autorizados. Esta es la segunda vez que las autoridades de Amsterdam intentan un experimento semejante. En 1979, fracasó una idea parecida porque los vecinos temían que aumentara la inseguridad.

Si dentro de tres meses el Ayuntamiento considera que el experimento ha logrado los objetivos, se instalarán entre 10 y 15 centros semejantes para dar cabida a los más de 400 adictos sin domicilio fijo que se calcula que hay en Amsterdam.

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